Entre los poetas elegíacos latinos, Albio Tibulo (h. 54 a. C. – 19 a. C.) es uno de los más claros y elegantes, en opinión de Quintiliano. Caracteriza a su cancionero un tono sentimental, teñido de una nota de nostalgia y lastimera por un pasado feliz.
JÓVENES, AMAD A LAS PIÉRIDES Y A LOS DOCTOS POETAS…
Jóvenes, amad a las Piérides y a los doctos poetas,
y no sobrepujen a las PIérides presentes de oro.
Por el canto es púrpura la cabellera de Niso: si no existieran cantos
no brillaría el marfil en el hombro de Pélope.
A quien canten las Musas, vivirá mientras la tierra, robles,
mientras el cielo, estrellas, mientras el torrente, aguas tenga.
Pero quien no oye a las Musas, quien vende el amor,
que ése siga el carro de Ope, la del Ida,
y que recorra en sus vagabundeos trescientas ciudades
y se corte los viles miembros entre tonadas frigias.
Venus misma desea que haya sitio para ternuras; ella favorece
a suplicantes quejas, a míseros llantos.
Elegías, libro I, elegía IV, vv. 61-72. Traducción de Hugo Francisco Bauzá.