Categoría: Literatura catalana

Clementina Arderiu

La obra de Clementina Arderiu (Barcelona, 1889-1976) se inscribe dentro del movimiento postsimbolista. En sus poemas, muchos de ellos bajo la forma de canción, recrea su experiencia personal de mujer en un tono elegíaco, que la llevó a idealizar los motivos de la vida cotidiana.

MI CANTO

Por no cantar
me entristecía:
que para mí, el cantar
es como el pan
de cada día.

Es una trampa,
y es una herida.
Cada canción
un tallo arranca
de mi plenitud florida.

¿Qué ha de importar,
qué mal habría?
Con mi cantar
quiero engalanar
mi vida.

Canto y palabras, 1936. Traducción de José Corredor Matheos.


Àlex Susanna

Para Àlex Susanna (Barcelona, 1957) «a veces, de una experiencia no muy poética puede salir un poema con más facilidad que ante grandes hechos». Es por ello que la cotidianidad (el hogar, el amor y la familia, el trabajo, los viajes, el paisaje, la cultura…) es el núcleo esencial de su poesía, caracterizada también por el tono de confidencia, meditativo y coloquial.

AVISO PARA NAVEGANTES

A Paulo Teixeira

En una plaza ibérica
te hacen leer, como quien no quiere la cosa,
un poema ante una sorprendida
concurrencia, que por allí pasaba
atareada u ociosa;
y de pronto me veo a mí mismo
intentando patéticamente
abrirme paso con el verso
en medio de la gente indiferente
como un náufrago de quien nadie se percata…
Y poco a poco esta voz que no ve
se hunde, se hunde hasta tocar fondo
y dejar de creer en ella misma:
eso le pasa a la poesía
cuando intenta llegar a demasiada gente.

Inútil poesía, 2002. Traducción de Ángel Guinda.


Carles Riba


Carles Riba (Barcelona, 1893-1959) concibe la creación poética como una ofrenda amorosa, en que el poeta se entrega junto con sus trazos, sus palabras. Representa dentro de la literatura catalana el primer empeño por conseguir una poesía pura, sin referencias explícitas a la realidad.

DON DEL POEMA

¿A quién, si no a ti,
diré, Amor, la hora llorada en la soledad invisible,
en donde el imposible deseo crece y calla,
donde el verde es nocturno y todo astro inseguro
y sed de mayor sed hace imposible el deseo?

¡Tú me llamas, regio amor verdadero!
Puedo huir: todo lazo se quema en tu llama encendida;
ay, y morir: todo fruto me ha sido dado en tu dulzura.
Pero quedo en tu vida, nazco a lo que más vale
desde el secreto corazón de tu dulzura.

Vivo, no por anteriores sueños,
te traeré, Amor, el poema inefable,
sino por la hora tuya, pura en su extremo tallo,
y por el trabajo humilde que mis manos hicieron
para imitar la flor –¡oh poema inefable!

Del juego y del fuego, 1946. Traducción de Paulina Crusat.


Marià Villangómez Llobet

Marina, de José Luis Turina

Los grandes símbolos de la cultura mediterránea recorren la poesía del ibicenco Marià Villangómez Llobet (1913-2002): la luz, el mar, los ciclos estacionales… Junto a poemas de un hondo lirismo trascendente, su producción acoge distintas “semblanzas rurales” con una clara preocupación por el hombre.

EL POETA

Veo la lucha ganada.
He aquí tus densas palabras,
cerradas, perfectas. Querían
sólo esto, ser un mundo
nuevo, en clara órbita
de ti desprendido, noticia
de un silencio; cerrar,
hecho pensamiento, un trémulo
día abierto, un ansia
que a claridad se aboca.

Veo la lucha perdida.
Todo el poder que tienen
tus cordiales palabras,
su magia, la belleza
de su rostro, palabras son
no más, sólo poesía.
Esto querían. Saben,
sin embargo, que eso no basta;
que no podrán llevar
más allá de su muerte
la carga mezquina;
que no podrán jamás decir
alta y entera evidencia;
que por continuos agujeros
se extravía el tesoro.
Saben que el bien es este
inmenso y atónito latido
que sólo se puede vivir.

Los días, 1950. Traducción de Antonio Colinas.


Joan Margarit

Bodegón, de Alberto Corazón

El leridano Joan Margarit (1938) cultiva una poesía realista, con una fuerte carga autobiográfica y moral. La poesía, con su registro de afectos, recuerdos, momentos vividos, músicas y lecturas, se convierte para el poeta en lugar preferente para encontrarse a sí mismo.

POÉTICA

A Joan Grimalt

Al ir tras la belleza estarás solo:
Si la encuentras, se desvanece y deja
polvo de mariposa entre los dedos.
Perseguirás de nuevo el resplandor
que sabes dentro de ti, como el relámpago
que muestra fugazmente,
hasta el lejano horizonte, la realidad.

Edad roja, 1990. Traducción de Antonio Jiménez Millán.