Una flor de opio sobre el lago, de Tono Carbajo

Para Ada Salas (Cáceres, 1965), la poesía es descubrimiento y revelación. Al poema “perfecto”, que se consigue con “oficio”, prefiere aquél que contiene un aliento inesperado que acrecienta el conocimiento del hombre, del mundo y de la vida.

HAY LIBROS QUE SE ESCRIBEN SOBRE LA CARNE MISMA…

Hay libros que se escriben sobre la carne misma.
Son esas cicatrices que nos hablan
y sangran
cuando el tiempo se rinde a su derrota
un puñado de signos que apenas
comprendemos

y eran el beso intacto de la vida.

La sed, 1997.

NO LIMPIAN LAS PALABRAS…

No limpian las palabras.
Alumbran una isla en el lugar
del miedo y extienden una rama
al paso de los pájaros. Acogen
cuanto nace del hambre de las cosas
y mueren en silencio.
Pero su amor no limpia.

Como no limpia el llanto el rastro
de estar vivos.

La sed, 1997.

FUE CANTO ESTE DOLOR…

Fue canto este dolor.
Tiene cuerpo

y caído

lo que fuera el poema. Oscura
vocación de profecía.

La sed, 1997.

LAS PALABRAS QUE DIJE YA NO…

Las palabras que dije ya no
me significan. No sabía que a todo
le sucede lo mismo
y que mueren de tiempo
también
las palabras. O seré yo
tal vez. O seremos lo mismo.

Un oscuro temblor donde resuena
lejos

lo vivido.

Lugar de la derrota, 2003.