La poesía del sevillano Francisco Medrano (1570-1607) se encuadra dentro de la escuela de Salamanca: la influencia de fray Luis de León es manifiesta en sus imitaciones y traducciones de Horacio y en la factura clásica de sus versos, alejados de la suntuosidad barroca.
SÉ QUE ALLÁ CORRE EL MUNDO ASAZ LIGERO…
SONETO I
A Hernando de Soria Galvarro.
Sé que allá corre el mundo asaz ligero
donde (fatal ministro de su muerte),
pródigamente ponzoñoso, vierte
más de dulzura el verso lisonjero.
Bien como a infante, pues, que sin entero
seso el remedio de su mal no advierte,
beba así el falso que a beber acierte,
felizmente engañado el verdadero.
Sólo aquél tocó el punto que, prudente,
con lo dulce templó lo provechoso.
(¿Y a quién fue Apolo, a quién, así clemente?)
Yo, Sorino, lo intento, cudicioso
del pro común; tú apruebas que lo intente:
suceso den los cielos venturoso.
Poesías líricas, 1606.
CANSA LA VISTA EL ARTIFICIO HUMANO…
SONETO XII
A Juan de Arguijo.
Cansa la vista el artificio humano,
cuanto mayor, más presto. La más clara
fuente y jardín compuestos dan en cara
que nuestro ingenio es breve y nuestra mano.
Aquel, aquel descuido soberano
de la Naturaleza, en nada avara,
con luenga admiración suspende y para
a quien lo advierte con sentido sano.
Ver cómo corre eternamente un río,
cómo el campo se tiende en las llanuras
y en los montes se añuda y se reduce,
grandeza es nueva siempre y grata, Argío,
tal, pero, es el autor que las produce.
¡Oh Dios inmenso en todas sus criaturas!
Poesías líricas, 1606.