Anunciación, de Jaime Mateu

En la poesía de Cancionero, los amadores insisten en la imposibilidad de que su voz poética esté a la altura de la alabanza que merece su amada. Así lo hace Tapia, poeta ampliamente representado en el Cancionero general (1511), en el poema que ofrecemos.

A UNA DAMA MUY HERMOSA

Gentil dama muy hermosa,
en quien tanta gracia cabe,
quien os hizo que os alabe,
que mi lengua ya ni osa
ni lo sabe.
Y pues nombre de hermosa
os puso como joyel,
¿quién osará sino Aquél
cuya mano poderosa
hizo a vos cual hizo a Él?

Que la rica febrería
quien la haze es quien la’smalta,
pues hermosura tan alta,
que la loe quien la cría
tan sin falta.
Y si alguno acá quisiere
pensar que puede loaros,
vaya a veros, y si os viere,
cuando acabe de miraros
no sabrá sino adoraros.

Porque aunque haga la cara
en perfectión el pintor,
siempre tiene algún temor
que la hiziera, si mirara,
muy mejor.
Mas quien a vos os crió
no tiene temor d’aquesto,
porque en todo vuestro gesto
las figuras qu’Él pintó
gran gentileza les dio.

Así que hallo que Dios
y su Madre gloriosa
no criaron tan preciosa
hermosura como vos,
ni tan hermosa.
Y pues tanta perfectión
os dieron sin diferencia,
a vuestra gran excelencia
escrivo por conclusión:
«Dios haga vuestra canción.»