Bodegón con trapos y frutas, de Carlos Nadal

Aunque es más conocido por sus relatos, el escritor leonés Antonio Pereira (1924-2009) también cultivó la poesía. Formó parte del grupo de poetas que desde la revista Espadaña introdujeron las preocupaciones existenciales y sociales en la lírica española de la posguerra.

SOLO LA VOZ

Si tuviera una guitarra,
siempre callada estaría.
Me basta con las palabras.
La música va escondida.

Digo amor, y suena el mar
haciéndome compañía.
Dios grito, y no es una cuerda,
es mi corazón que vibra.

Canciones sin más ni más
que escribo, nunca más vivas.
Si tuviera una guitarra,
para qué me serviría.

Situaciones de ánimo, en Contar y seguir, 1962-1972.

POÉTICA

Ahora sé que es un crimen de lesa poesía
exprimirle a la almendra del verbo su licor
y entregarlo a los indiferentes.
Oh, tú, poeta pródigo,
malgastador de lo que sólo es tuyo
durante un breve relajo de los dioses.
Retén el aire en el pulmón florido
hasta la hora en que tu canto sea
disculpado por la necesidad,
no vayas a jurar el verso en vano.

Una tarde a las ocho, 1995.