La poesía del colombiano Álvaro Rodríguez (1948), austera y meditativa, se nutre de la memoria, la incertidumbre y esa “venganza de lo real” que es la belleza.
DE RERUM NATURA
La naturaleza habla siempre de sí misma,
incluso a extraños.
La duración es el mundo posible
de sus actos.
Poema ella misma
y predestinada al poema,
es emblema o símbolo,
blanco hueso ungido por el milagro.
Para otras voces, 1999.