Marina, de José Luis Turina

Los grandes símbolos de la cultura mediterránea recorren la poesía del ibicenco Marià Villangómez Llobet (1913-2002): la luz, el mar, los ciclos estacionales… Junto a poemas de un hondo lirismo trascendente, su producción acoge distintas “semblanzas rurales” con una clara preocupación por el hombre.

EL POETA

Veo la lucha ganada.
He aquí tus densas palabras,
cerradas, perfectas. Querían
sólo esto, ser un mundo
nuevo, en clara órbita
de ti desprendido, noticia
de un silencio; cerrar,
hecho pensamiento, un trémulo
día abierto, un ansia
que a claridad se aboca.

Veo la lucha perdida.
Todo el poder que tienen
tus cordiales palabras,
su magia, la belleza
de su rostro, palabras son
no más, sólo poesía.
Esto querían. Saben,
sin embargo, que eso no basta;
que no podrán llevar
más allá de su muerte
la carga mezquina;
que no podrán jamás decir
alta y entera evidencia;
que por continuos agujeros
se extravía el tesoro.
Saben que el bien es este
inmenso y atónito latido
que sólo se puede vivir.

Los días, 1950. Traducción de Antonio Colinas.

EL POETA

Veig la lluita guanyada.
Vet aquí els teus mots densos,
closos, perfets. Volien
només això, ser un món
novell, en clara òrbita
de tu desprès, notícia
d’un silenci; tancar,
fet pensament, un trèmul
dia escampat, una ànsia
que a una claror s’aboca.

Veig la lluita perduda.
Tot el poder que tenen
els teus mots expansius,
llur màgia, la bellesa
del seu rostre, són mots
només, sols poesia.
Això volien. Saben,
però, que això no basta;
que no podran portar
més enllà de llur mort
la càrrega mesquina;
que no podran dir mai
tota una alta evidencia;
que per forats continus
el tresor va perdent-se.
Saben que el bé és aquest
batec immens i atònit
que només es pot viure.

Els dies, 1950.