Baldomero Fernández Moreno (Buenos Aires, 1886-1950) fue uno de los más importantes representantes de la escuela denominada sencillismo. Su poesía se basa en la observación y apreciación de la realidad cotidiana con un lenguaje desnudo y con una mirada entre tierna y despegada, no exenta de ironía.

DOLOR

Tira la pluma y déjalo. Otro día
dirás de esto que sufres. Haz un esfuerzo. Vive,
y espera que tu dolor se haga melancolía…
Esta noche se llora y no se escribe.

Por el amor y por ella, 1918.

EL POETA…

El poeta, como el cazador pobre, a lo que salga.

«Aire aforístico», en La mariposa y la viga, 1947.

EL POETA

La tempestad podrá en olas deshechas
fingir pluma en el aire de un navío,
dejando entre la sombra y el vacío
erizadas las tablas más derechas.

El fuego podrá en llamas como flechas
hacer cenizas del palacio frío,
llevarse un pueblo desbocado río,
y rebaños y bosques y cosechas.

Podrá un cuerpo caer tras la saeta,
o tras la enfermedad o la locura
rumiar limosna el hambre más secreta.

Mas siempre la canción irá a la altura.
Se yergue entre las ruinas el poeta:
no hay desventura contra su ventura.

Penumbra. Libro de Marcela, 1951.