La poesía del escritor hispano-argentino Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977) celebra la vida, a pesar de su condición efímera y sus imperfecciones. En sus versos, predomina el tono coloquial, tierno e irónico a un tiempo.

INSPIRACIÓN…

Inspiración:
inflaman los pulmones
dos velas rojas.

Gotas de sal. 20 haikus marinos, 2005.

PENÚLTIMO SONETO

Detesto los sonetos, me despido.
La palabra reclama nuevos cuerpos.
No respiran las voces de los muertos
ni los pájaros vuelven a su nido.

¿Es esencia la forma? ¡Quién se atreve
a negarlo sin un temblor de duda!
En el fondo se evade el que se escuda
en guarismos o estrofas, cosa leve.

(Pero tuvieron carne los sonetos,
y estómago y temor, del gran Vallejo.
Miguel Hernández los gritó completos,

en Rubén fueron música y reflejo,
Rilke los esculpió fuertes, concretos.
Los de Shakespeare me dejan aún perplejo).

Sonetos del extraño, 2006.

LOS ERRORES PERFECTOS

La simetría: un animal sagrado
que pide ser sacrificado al sol.
El rigor cuando sueña se convierte
en un círculo blando que se abre
inundando de zumo
la razón y sus formas.

El ansia por lo exacto
conduce, si es sincera, a lo imperfecto.
Sé que la perfección
es el arte marcial del temeroso,
que toda proporción bien entendida
renuncia al consumarse.

Generosos errores, necesito
belleza improvisada.

«Coros», en Mística abajo, 2008.

LA OTRA VÍA

Un poema no acude
a un solo andén.

En la estación que sabe demasiado
lo que quiso decir,

descarrilan los trenes.

Vivir de oído, 2018.