La poesía del onubense Juan Ramón Jiménez (1881-1958) se caracteriza por el goce exaltado de lo bello, la búsqueda de un conocimiento profundo de la realidad a través de la poesía y el ansia de eternidad. También, por su hermetismo (es famosa su dedicatoria “a la inmensa minoría”) y su constante búsqueda de nuevas formas.

BALADA TRISTE DEL PÁJARO DE AGUA

Pájaro de agua,
¿qué cantas, qué cantas?

Desde los rosales
de mi jardín, llama
a esas nubes grises
cargadas de lágrimas…;
quisiera, en las rosas
ver gotas de plata.

¡Pájaro de agua!

A la tarde rosa
das una esperanza
de música gris,
de niebla dorada;
el sol está triste
sobre tu sonata.

¡Pájaro de agua!

Mi canto, también
es canto de lágrimas…
En mi primavera,
la nube gris baja
hasta los rosales
de mis esperanzas.

¡Pájaro de agua!

Amo el canto errante
y gris, que desgranas
en las hojas verdes,
en la fuente clara…
¡No te vayas nunca,
corazón con alas!

Pájaro de agua,
¿qué cantas, qué cantas?

Baladas de primavera, 1907.