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Augusto Ferrán

Augusto Ferrán (Madrid, 1835-1880) escribió cantares de imitación popular, sobre el amor, el paso del tiempo, la búsqueda de la soledad… Mostró preferencia por la copla, aunque también escribió soleás y seguidillas.

LAS FATIGAS QUE SE CANTAN…

Las fatigas que se cantan
son las fatigas más grandes,
porque se cantan llorando
y las lágrimas no salen.

La soledad, I, 1860.


Mercedes González de Moscoso

Reflexión nº 1, de Camilo Egas

Mercedes González de Moscoso (1860-1911), poeta mayor del segundo romanticismo ecuatoriano, cantó las emociones tiernas y dulces de la vida cotidiana y hogareña. Cultivó con asiduidad el romance heroico.

COMO ESCRIBO

La luz del sol me daña; por la tarde
llamo a mis compañeras, a las sombras,
y pensando en mis muertos y en los que amo
de memoria compongo mis estrofas.

Surgen del alma débiles y tiernas
para arrullar mi sueño, son palomas
que abandonan el nido ya muy frío,
pues cayeron las flores y las hojas.

Las dejo que me arrullen, con el alba
abro mi libro azul con líneas rojas,
y las diseco allí como si fueran
pensamientos o blancas mariposas.

Así es como las creo y nunca cuido
del sentido del verso o de la forma,
que broten como brotan de las plantas
lirios azules y encarnadas rosas.

Mi cerebro sin luz, jamás podría
forjar idilios de color de aurora,
esos que surgen bajo forma extraña
llevando una caricia en cada nota.

Yo desconozco el arte; no construyo
estancias con jacintos ni magnolias,
mi musa no se envuelve en el ropaje
del azul de los cielos y las olas.

Se presenta muy triste y enlutada
envuelta en el misterio de las sombras,
sin otro adorno en la cabeza rubia
que un ave blanca con las alas rotas.

Por eso mis estrofas tan amadas
son de aquellas que gimen y sollozan;
con la noche despiertan a la vida
sin anhelos de aplausos ni de gloria.

Allí en el libro azul, muy en secreto
guardo mis avecitas melancólicas,
como guardé de niña las muñecas
de claros ojos y cabezas blondas.

Ya sabes como escribo… Te sorprende,
tú que conoces mis tristezas hondas?
Deja que las exprese en mi ignorancia
como expresan sus quejas las alondras.

Cantos del hogar, 1910.


José Gautier Benítez

El estudiante, de Francisco Oller

A José Gautier Benítez (1848-1880) se le conoce como el Bécquer puertorriqueño, por ser el más alto exponente del posromanticismo en su país. Escribió poemas a la amistad, la patria, el amor y la muerte.

EL POETA

Nace, vive y adelanta
Por la senda de la vida,
Y al recibir una herida
La cítara toma y canta;

Y la turba se divierte
Con él que, fija en el cielo
La mirada, por el suelo
Do lleva el paso no advierte.

Él se queja, y mientras tanto
Se le escucha sonriendo,
Quizás a veces creyendo
Que son ardides del canto.

Y en su profunda aflicción,
De sus canciones benditas,
¡Cuántas, cuántas van escritas
Con sangre del corazón!

Aunque el genio el canto exhale
Canta al par dolor y gloria
Que el laurel de la victoria
Cuesta más de lo que vale.

Y al esparcir gloria y luz
Del mundo en el escenario,
Encuentra en él su calvario
Y su martirio en su cruz.

Si Jesús en su suplicio
Llegando el último instante,
Desencajado el semblante,
Consumado el sacrificio,

Entre el ronco vocerío
Del pueblo que le insultaba
Con dulce amor exclamaba:
«¡Perdonadlos, Padre mío!»

Si su frente desgarrada
Por la sangrienta corona
Al suelo inclina y abona
La clemencia su mirada,

También el bardo, al sentir
Que se acerca su partida
Sintiendo luchar la vida
Con las ansias del morir,

Venciendo su mal profundo
De su lecho se levanta,
Su cítara toma, y canta
Como el cisne moribundo.

Siendo aquél su último canto
De su eterna despedida,
Pura esencia de su vida
Y perfume de su llanto,

Que cuando la frente inclina
Al peso de su corona,
¡También bendice y perdona
Al mundo que le asesina!


Gustavo Adolfo Bécquer

Retrato de niña, de Valeriano Domínguez Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) es el máximo representante del posromanticismo español. Sus Rimas destacan por su desnudez y su emotividad, muy alejadas de los excesos formales de los primeros románticos.

YO SÉ UN HIMNO GIGANTE Y EXTRAÑO…

Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.

Yo quisiera escribirle, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.

Pero en vano es luchar, que no hay cifra
capaz de encerrarle; y apenas, ¡oh hermosa!,
si, teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera, al oído, cantártelo a solas.

Rima I, en Rimas, p. 1871.


Rosalía de Castro

Paisaje con gallega, de Serafín Avendaño

Figura principal del Rexurdimento de la literatura en gallego en el siglo XIX, Rosalía de Castro (1837-1885) destacó por su voz íntima y dolorida. Su obra, junto a la de Bécquer, es esencial para la comprensión de la poesía moderna española.

DIRÉIS DE ESTOS VERSOS, Y ES VERDAD…

Diréis de estos versos, y es verdad,
que tienen extraña, insólita armonía,
que en ellos las ideas brillan pálidas,
cual errantes chispas
que estallan por instantes,
que desaparecen rápidas,
que se semejan a la niebla incierta
que voltea en el fondo de las heredades
y al susurro monótono de los pinos
de la orillamar bravía.

Yo os diré tan sólo que mis cantares
así salen en confusión del alma mía,
como salen de las profundas robledas,
al comienzo del día,
rumor que no se sabe
si es rebullir de las brisas,
si son besos de las flores,
si agrestes, misteriosas armonías
que en este mundo triste
el camino del cielo buscan perdidas.

Hojas nuevas, 1880. Traducción de Benito Varela Jácome.