La obra de Bernardino Fernández de Velasco y Pimentel Frías, duque de Frías (1783-1851), se sitúa en el período de transición entre la poesía ilustrada y la romántica. Es poesía civil o de circunstancias, muy influida por la de su amigo Juan Nicasio Gallego.
MI MUSA Y MI CORAZÓN
A mi amigo D. Juan Nicasio Gallego
ROMANCE
Desde los añosos muros,
Y entre las torres feudales
Que fueron de mis abuelos
Solaz, mansión y baluarte;
Ofreciéndose a mi vista
Montes, villas y lugares
De los célebres Toledos,
De la gran Toledo alcaides;
Anhelo, mi caro amigo,
El que mis versos alcancen
La aprobación de las Musas,
La dicha de que te agraden.
Mas ¿cómo inflamar el estro
Que ilustra el canto del vate,
Cuando la mano resiste
Pulsar la lira süave,
Pues de mi antigua existencia
Sólo han venido a quedarme
Ambos ojos para el llanto,
El pecho para pesares?
Si para alegrar el mundo,
Luces vertiendo a millares,
Rompe el sol la noche umbría,
El sol para mí no nace.
Si con sus abiertas hojas
La rosa embalsama el aire;
Si desde el búcaro olores
Del clavel difunde el cáliz;
Si al rayar la blanca aurora,
Su canto ensayan las aves;
Si refleja el claro arroyo
Los vergeles de su margen;
Si del árbol de Minerva
Se puebla el monte y el valle;
Si entre blanco azahar brotada,
Luce la poma fragante;
Para mí naturaleza,
Con sus galas admirables,
Ni embelesa mis sentidos
Ni da consuelo a mis males.
Ya me desdeñan las Musas,
Y bien pueden desdeñarme:
Eco en mi numen no tienen
Las fabulosas deidades.