Categoría: Literatura boliviana

Yolanda Bedregal

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La búsqueda y afirmación de la propia identidad es el motivo nuclear que recorre la poesía de Yolanda Bedregal (La Paz, 1916-1999), conocida como «Yolanda de Bolivia» y «Yolanda de América». Si en sus primeros libros, predomina la búsqueda y exaltación de la niñez; en sus últimas obras, se asume la exploración místico-religiosa de su ser.

INUTILIDAD

En cada nueva luna
mi alma inventa
una canción de cuna
inútilmente.

Veintisiete palabras de ansiedad
tiene mi canto;
y cuando se apaga la luna,
cada palabra se disuelve
inútilmente
en un hilo de sangre.

Ecos, 1940.


Aníbal Crespo

Diego@pablo.com, de Raúl Lara

La poesía de Aníbal Crespo Ross (Bolivia, 1948) gira en torno a la pasión amorosa y a la búsqueda de lo sagrado en un mundo donde acecha el mal. Su lenguaje ha sido definido como “salvaje y ardiente”.

AL FINAL DE ALGUNOS DÍAS…

Al final de algunos días
siento
el peso del planeta en mis espaldas
y la sangre agobiada
por tanto desacierto.

Al final de algunos días,
necesito escribir…

Escribir estos signos
estas letras,
que son mi identidad secreta,
mi armadura
y también
la puerta de mi alma
(que a veces alguien abre
y puede llegar donde yo no puedo).

Escribir para doblegarme,
escribir y escribir…

Escribir y continuar escribiendo;
a los sueños que me sueñan
a las furias que me hieren
al amor que me sostiene.

Continuar escribiendo
porque la escritura

es la única forma de acabar conmigo.

El amor lejos del mundanal ruido, 1995.


Óscar Cerruto

Clamor, de Ponciano Cárdenas

La poesía de Óscar Cerruto (Bolivia, 1912-1981) se caracteriza por la concisión, la agudeza expresiva y el control formal. Sus libros poéticos están recogidos en Cántico traspasado (1976).

POÉTICA

No eres sólo el fulgor que sin mesura
estalla, ni su estrépito previsto.
Ni las apelaciones de la esfinge,
o la avidez, o la otra idolatría.

Lúcida sí, flagrante certidumbre,
región de transparencia en la que inmerso
está el tiempo, zumbando, lo que somos,
la boca memorable del augurio.

En un trono de hierro y santidades,
abiertas las heridas, y la flecha
de las perpetuas causas en las sienes,

eres esa palabra no gastada:
amor; una mitad, como la aurora,
en sombra. Otra mitad deslumbramientos.

Patria de sal cautiva, 1957.


Eduardo Mitre

Isla de agua, de Patricia Mariaca

Poeta epicúreo, devoto de Lucrecio y Whitman, Eduardo Mitre (Bolivia, 1943) posee una voz depurada y precisa con la que se complace en celebrar el mundo que le rodea.

TAREA

Contemplar las cosas
con los siete sentidos
–el lenguaje incluido
y la memoria.
Absorberlas,
lentamente,
como una esponja.

Y exprimirlas –escribirlas–
hasta dar el poema:
otra cosa y la misma.

Líneas de otoño, 1993.


Pedro Shimose

Creador de ilusiones VII, de Orlando Arias Morales

La poesía del boliviano Pedro Shimose (1940) se caracteriza por una proyección de la agonía personal sobre la historia. Gracias a la técnica del collage, el lenguaje literario se llena de giros coloquiales, neologismos, voces de otros idiomas…

PRELUDIO AFÓNICO

Poeticomienzo en vino avinagrado:
¿cómo escribir del tizne sin carbones;
de la tos, sin gargajo; y sin borrones,
cómo escribir de mí si estoy fregado?

Garrapateo espumas, cabreado,
con humo y humedad en los pulmones;
doliéndome en la sombra y los rincones
mi soledad en verso encebollado.

Desgarrado y vencido por las furias;
en el exilio, triste, voy sufriendo
el hambre de mi pueblo en mis penurias.

En lágrimas y pus voy escribiendo.
A medias muero en jácaras espurias.
A medias vivo, voy sobreviviendo.

Quiero escribir, pero me sale espuma, 1972.