Paseo bajo los árboles, de Eduardo Vicente

La poesía del soriano Dionisio Ridruejo (1912-1975), genuino representante de la generación del 36 y fundador de la revista Escorial, es testimonial e intimista, de corte clásico, y gira en torno al amor, la naturaleza, Dios y la patria.

¿CÓMO SERÁ EL POEMA DE MI ANGUSTIA…?

¿Cómo será el poema de mi angustia
sin un verbo posible que lo mueva?

¿Cuál será el grito por donde escaparme,
cuando, después de verte en tus medidas,
me encierro a devorarme con la sombra
de todo tu infinito,
temblando de ira contra mis sentidos
que al traerme mensajes del presente
me quitan el segundo que sólo a ti te debo?

¿Cuál será la palabra para decirle al mundo
cómo mi sangre pasa por tus venas?

Tengo la piel del cuerpo y la del alma
manchadas con las flores que te visten
y adivino unas sílabas no usadas
que pregonan tu nombre verdadero.

Pero no sé contaros cómo ardo.
¡Gritad, silencios! ¡Despertadme, gritos!

Primer libro de amor, 1935-39.

YO QUISIERA CANTAR SENCILLAMENTE…

Yo quisiera cantar sencillamente,
pura y enormemente,
con la palabra tenue y resonada
con la terrible voz que es un murmullo.

(Fragor de los planetas que airadamente cruzan
y del que oímos menos que del llanto de un niño;
niño que quiere ser.
Llanto o risa de niño que goza eternamente
la luz de cada instante
y se oye como tromba en donde el tiempo suena.)
Yo quisiera cantar quedando dentro
–los hondos corazones y las conciencias lueñes–
como el mar en marinas caracolas
y que Dios aplicase al rumor sus oídos.

En la soledad del tiempo, 1938-46.