Fundador con José Coronel Urtecho del movimiento de vanguardia en Nicaragua, Pablo Antonio Cuadra (1912-2002) incorpora a la poesía nicaragüense la temática nacional, el lenguaje coloquial y la oralidad. También, las preocupaciones sociales desde una perspectiva humanista y cristiana.
ARS POETICA
Volver es necesario
a la fuente del canto:
encontrar la poesía de las cosas corrientes,
cantar para cualquiera
con el tono ordinario
que se usa en el amor,
que sonría entendida la Juana cocinera
o que llore abatida si es un verso de llanto
y que el canto no extrañe a la luz del comal;
que lo pueda en su trabajo decir el jornalero,
que lo cante el guitarrero
y luego lo repita el vaquero en el corral.
Debemos de cantar
como canta el gurrión al azahar:
encontrar la poesía de las cosas comunes,
la poesía del día, la del martes y del lunes,
la del jarro, la hamaca y el jicote,
el pipián, el chayote,
el trago y el jornal;
el nombre y el lugar que tienen las estrellas,
las diversas señales que pinta el horizonte,
las hierbas y las flores que crecen en el monte
y aquellas que soñamos si queremos soñar.
Decir lo que queremos.
Querer lo que decimos.
Cantemos
aquello que vivimos!
Canciones de pájaro y señora, 1929-31.
SI LA POESÍA NACE JUNTO AL VERBO…
Si la poesía nace junto al verbo
junto a la danza
junto al andar,
el correr,
el marchar,
ella verbi gracia, verbi marcha
verbi corre
verbi anda
verbi danza.
Canciones de pájaro y señora, 1929-31.
REPÚBLICA DE POETAS
Mi bandera pretende,
como el cielo,
unir el azul y el blanco.
Equivocados los próceres
quisieron juntar abajo
lo que solamente arriba
se hermana y no siempre.
Pero algo logras, paisano,
izando el cielo en tu mástil,
¡somos un millón de hombres
con la cabeza a pájaros!
Canciones de pájaro y señora, 1929-31.
EL OTRO
En Managua, capital de los temblores
por pura casualidad nací.
Se equivocaron los ángeles pastores
y un niño campesino pusieron en vez de mí.
Yo venía equipado con la flor de la albahaca,
la piel de algún vaquero y un sueño de refresco
para nacer en un rancho, en un viejo tapesco
y beberme la inocencia de la leche de vaca.
Se equivocó mi abuelo, honrado comerciante,
se equivocó mi padre, hidalgo y pensador:
cuando lloré, lloraba buscando a Rocinante,
el caballito flaco de una aventura en flor.
Canto por eso ahora lo que lloré en mi cuna,
el corral que no hallaba en mi casa burguesa,
el arbolón del rodeo donde anida la luna
y la sabana inmensa que el camino atraviesa.
Canto la vida errante a lomo de caballo,
la muchacha que espera en la casa del estero
y la otra que saluda a mediados de Mayo
y la otra que se olvida a finales de Enero.
Canto el cielo abierto, sin cercos y sin dueño,
canto el canto libre que siembra cosas bellas,
canto al que laza desde su potro un sueño
y al pobre que tiene cien millones de estrellas.
Canto lo que no he sido
porque en mi canto lo fui:
al ganadero de todo lo perdido
y al campesino que llevo dentro de mí.
Canciones de pájaro y señora, 1929-31.
AUTOSONETO
Llamaron poeta al hombre que he cumplido.
Llevo mundo en mis pies ultravagantes.
Un pájaro en mis venas. Y al oído
un ángel de consejos inquietantes.
Si Quijote, ¡llevadme a mi apellido!
-De la Cuadra-: cuestor de rocinantes
y así tenga pretextos cabalgantes
mi interior caballero enloquecido.
Soy lo sido. Por hombre, verdadero.
Soñador, por poeta y estrellero.
Por cristiano, de espinas coronado.
Y pues la muerte al fin todo lo vence,
Pablo Antonio, a tu cruz entrelazado
suba en flor tu cantar nicaragüense.
1938
EPITAFIO DE UN POETA
Yo canté las cosas naturales
en el momento en que las cosas naturales se extinguían.
Amé la tierra y las cosas de la tierra
cuando la tierra y las cosas de la tierra
eran destruidas por el hombre.
Mi poesía cabalgó hacia el campo huyendo de la ciudad
cuando la gente del campo abandonaba el campo
y se venía a la ciudad.
El canto no se escuchaba en la ciudad
porque la ciudad estaba llena de ruido
pero mi canto no se escuchó tampoco en el campo
porque el campo estaba lleno de soledad.
He abandonado la prosa y me he ido en busca de la poesía
cuando la poesía abandonaba la poesía
y se entregaba en manos de la prosa.
El poeta siempre llega donde nadie lo recibe
y así vive hasta que llega a la muerte;
solo entonces, cuando la muerte tampoco lo recibe,
es cuando todos reciben su canto.
Canciones de pájaro y señora, 1964.