La reina Isabel de Borbón, anónimo

El poeta y dramaturgo madrileño Gabriel Bocángel (1603-1658) es el último gran versificador de la escuela culterana. Su estilo es más refinado y menos oscuro que el de su maestro Góngora. Expresó con especial sensibilidad y melancolía el tema del paso del tiempo.

HABLANDO EL AUTOR CON SUS ESCRITOS

Ocios son de un afán que yo escribía
en ruda edad con destemplada avena;
arbitrio del amor, que a tal condena
a aquel que la templanza aborrecía.

Canté el dolor, llorando de alegría,
y tan dulce tal vez canté mi pena
que todos la juzgaban por ajena,
pero bien sabe el alma que era mía.

Si de todos no fuereis celebradas,
voces de amor, mirad mi pensamiento:
veréis que no mejor fortuna alcanza.

Ningún discreto os llame malogradas,
que, si os llevare solamente el viento,
allá os encontraréis con mi esperanza.

La lira de las musas, 1637.

PROPONE EL AUTOR DISCURRIR EN LOS AFECTOS DE AMOR

Yo cantaré de amor tan dulcemente
el rato que me hurtare a sus dolores,
que el pecho que jamás sintió de amores
empiece a confesar que amores siente.

Verá cómo no hay dicha permanente
debajo de los cielos superiores,
y que las dichas altas o menores
imitan en el suelo su corriente.

Verá que, ni en amar, alguno alcanza
firmeza (aunque la tenga en el tormento
de idolatrar un mármol con belleza).

Porque, si todo amor es esperanza
y la esperanza es vínculo del viento,
¿quién puede amar seguro en su firmeza?

La lira de las musas, 1637.