Síntesis, de Eliana Molinelli

En la poesía de Rodolfo Godino (Argentina, 1936-2015), la reflexión sobre el oficio mismo de poeta es también indagación sobre el sentido de la vida y del lugar del hombre en el mundo. Gracias a una eficaz adjetivación, Godino logra originales amalgamas de prosaísmo y lirismo.

ARTE POÉTICA

El poema busca la mediación:
su móvil aura se anuncia
a la conciencia expandida.
Cuando el desorden refluye,
para encarnarse baja, tránsito
que no cambia ni redime:
sólo hunde la carga que transfiere.

Sin instrucción sobre su curso,
orientado por percepciones,
no circunstancias,
se trama, trastornando todo plan:
ya ha sido fijado por legiones
a las que su clave se otorgó
y con ella la dilución de la vida.

La vida por un murmullo inmortal.

Gran cerco de sombras, 1982.

PARA ESCRIBIR EL POEMA

The poem
is complex and the place made
in our lives
for the poem.

W.C.Williams

1

Esta es la ley callada:
por más que escandalice,
la verdad interior
–que traba la lengua y anda su túnel
resistiendo a sí misma–
debe ser descubierta.

Eso no daña el prestigio
del corazón multiforme,
que debe insistir
y ser escuchado aun como culpa,
omisión,
error, miedo, memoria
o sed inconfesa del cuerpo:
la historia de combustiones
siempre acorraladas.
De lo contrario sólo se alumbran
fenómenos de oficio,
ningún animal completo.
Esas reticencias glaciales
consumen su invalidez, y su sanción
es muerte verdadera.

2

Sin lo vivo no hay poema.

Un hombre bajo hechizo
registrando una revelación personal.
Esa es la ley de lo creado
infinitamente repetida:
cuerpos engarzados en los viajes
de la savia, de la luz,
filtrando violencia y acidia
en las crisis graduales de la carne
no humana del mundo natural.

Amándolas, sin alegorías,
serán parte de maderas, de flores,
unidos en los cambios
y en el renacimiento, en los ciclos
de silenciosas convulsiones.
Nunca la vida pequeña
será suficientemente expandida.

3

Con escrúpulos no hay poema.

Cuando la realidad cuestionada
se retire, lo ambiguo crecerá
en el exceso de conciencia,
sin discreción, aceptándose a sí mismo.

Mientras el mundo se disipa
y aun inclinados a lo juicioso,
retengan: lo fantástico se ajusta
por la razón; el gobierno
combinatorio de lo mágico se ejerce
puertas adentro.

Lo que merezcan
y lo que alcancen no serán tormentos:
la humillación del oficio siempre guarda
un rédito solemne.

En la pelea
con la palabra inhábil, partes
del corazón y la verdad se pierden;
la imprecisión del espíritu
será imprecisión en la palabra.

Sin artificio no hay poema.

Puntas del Campanero.
Minas, Uruguay, 1993.

Centón, 1997.

MATERIA PRIMA

Haber guardado sentimientos
(tu figura en el páramo
de la mente) es mi riqueza,

es mi alegría la lealtad de las lágrimas
y lo que se aparta del cuerpo
para entregarse como tema:

gran máquina soy moliendo
mis huesos como ajenos escombros.

Ver a través, 2001.