Los poemas del leridano Alfonso Costafreda (1923-1974), hermosos y dolientes, tratan de la insuficiencia de la palabra para vencer la insuficiencia de la vida.
DESDE PEQUEÑO SOÑÉ…
Desde pequeño soñé
ser el poeta
que explicase a los niños la historia de los pájaros;
cómo en ellos se apasiona la vida,
se adelgaza, se cumple,
y en los cielos, ella misma se canta.
Nuestra elegía, 1949.
VERSOS ESCRIBO
Todo es inevitable. Ahogando la luz surge,
poderosa y tenaz, la pesadilla.
En el cuerpo ligero late la pesadumbre:
un mar de sombras se desborda
de la orilla inmortal a nuestra orilla.
Pero versos escribo en busca de claridades.
Y la fe de mi verso sabiendo, sin vacilar afirmo
el absoluto sentido de la vida
en una tierra sin sentido.
Publicaciones de la revista Laye, nº 1, 1951.
LAS PEQUEÑAS PALABRAS
Decías tú palabras
íntimas, silenciosas.
Palabras que se dicen
del amor al amor,
de una boca a otra boca.
El poema secreto
para todos se hacía,
las pequeñas palabras
memorables, dichosas.
Las hazañas diarias,
ilusiones del día,
las más pequeñas cosas;
palabras compartidas,
útiles, generosas.
El poema secreto
para todos se hacía,
las pequeñas palabras
–otras no he de decir–
durarán como rocas.
Compañera de hoy, 1966.
LAS PALABRAS
A José Ángel Valente
Piedras preciosas para el sentido,
diamantes de realidad.
Si van en sueños pierden su brillo,
su luminosa verdad.
Palabras vivas, nadie las toque
que no las sepa cuidar.
Compañera de hoy, 1966.
LOS LÍMITES
Pienso en mis límites,
límites que separan
el poema que hago
del que no puedo hacer,
el poema que escribo
del que nunca podré escribir.
Límites también, en consecuencia,
de lo que amo
y de lo que nunca podré amar.
Límites de lo que quisiera decir
o ver o tener.
Palabras que daría
para descubrir, palabras para ayudar.
Límites del amor, palabras
insuficientemente valiosas
en un desierto inacabable.
Compañera de hoy, 1966.
DESMEDIDA PASIÓN, FURIOSAS ANSIAS…
Desmedida pasión, furiosas ansias
de ti, ¡ansias de nada!
Terca la primavera se te opuso,
pero la primavera se acababa.
Tercos nosotros junto a nuestros libros,
poetas españoles, ¡sorda España!
Contra la oscura piedra de tus siglos,
fugacidad de la palabra.
¡Desmedida pasión de ti,
pasión de amor equivocada!
Compañera de hoy, 1966.
PARA ESCRIBIR
Para escribir marchaste día a día
junto al rumor, junto al continuo mar.
Promontorios de sombra no pudieron
desorientarte ni acallar tu voz.
Así los poderosos sentimientos
fueron justificados, las acciones,
discursos, la pasión inextinguible
no morirán… Tú vivirás con ellos.
Pondrás en la materia de tu oficio
esta vida final, soplo y sentido.
Humana fe entre la palabra inerte,
humana luz en la inmortal espera.
Compañera de hoy, 1966.
APUNTES DE UNA VIDA, INDICIOS…
Apuntes de una vida, indicios
de otra, si alguien me lee acaso
en este espejo torpe
verá su propio rostro.
Suicidios y otras muertes, 1974, póstumo.
SINSILÁBICOS
Estos versos de hoy al menos fueran
un arco de concordia, un lenguaje futuro,
mas no, la cobardía, el terror
–si no es pura estulticia–
impulsan a escribir
lo que nadie ni ninguno espera.
Del pájaro o del niño o del mar,
del prisionero sinsilábico,
del mutismo del mudo,
del ladrido del perro
acaso el poema contacto surgirá,
el sonido sereno, la libre lucidez.
Suicidios y otras muertes, 1974, póstumo.
VOCACIÓN
Fuera la voz
ofrecimiento acaso
más vivo y vehemente
que la ardiente memoria
que se crispa en mis brazos.
Caen de un cielo atormentado
ascuas de luz.
¿Serán al fin
contornos del amor
tan esperados
para un mundo real?
Obseso en la pregunta estoy.
Existir a través de las palabras,
vocación insolente.
Suicidios y otras muertes, 1974, póstumo.