Julio Fausto Aguilera (1929) fue uno de los integrantes más destacados del grupo Saker-Ti, que irrumpió en las letras guatemaltecas con un claro afán de renovación política, social, cultural y literaria. Siempre le inspiró el amor humano y a la patria.
INMODESTIA
(Sencillas líneas para explicarme)
No, hermano,
yo no quiero
aplausos ni “homenajes”…
Perdona la inmodestia:
Me explicaré en la forma más sencilla.
Yo quiero que tú ignores dónde vivo;
pasar al lado tuyo en la sexta avenida
con mis pobres zapatos, sin que sepas que soy
aquél por quien preguntas haciendo conjeturas
acerca de sus años, de su rostro y su traje…
Quiero que tú, incluso, cuando pases de prisa
me botes de la acera sin darme una disculpa,
mientras llevas
pulcramente doblado en tu bolsillo
el recorte de mi último poema,
ese poema donde mi dolor
posa su torturada mariposa
sobre tu pecho herido;
o aquél, donde mi risa
es un brindis coral con tu risa y la de otros
y la de otros muchos
que miran a la vida
con rostro de Alegría y Esperanza…
Que no sepas quién soy cuando me encuentres,
mientras ostentas orgulloso, hermano,
un geranio encendido
cortado en los plantíos donde mi Amor florece
en corolas de lumbre para ti y para todos;
un geranio de luz, hermano mío,
que brille –honda estrella– en tu pecho,
como mi pecho, claro
y abierto…
Diez poemas fieles, 1964.
LA BATALLA DEL VERSO
Con un verso,
es verdad,
no botas a un tirano.
Con un verso no llevas pan y techo
al niño vagabundo,
ni llevas medicinas
al campesino enfermo.
Sobre todo, no puedes
hacerlo ahora mismo.
Pero… vamos a ver:
Un verso
bien nacido y vigoroso,
y otro más encendido,
y otro más desvelado,
y otro más fuerte y más veraz,
le dan vida
a un sueño que recogieron tierno,
y este sueño de muchos, ya nutrido,
se vuelve una conciencia,
y esta conciencia, una pasión, un ansia…
Hasta que un día,
todo
–sueño, conciencia, anhelo–,
compacto se organiza…
Y entonces
viene el grito,
y el puño,
y la conquista…
En la esfigie de la conquista
brilla una diadema: el verso.
Poemas fidedignos, 1967.