El reencuentro, de Luis José Estremadoyro

Para el peruano Marco Martos (1942), el poeta es “un hombre poseído por el espíritu de la lengua” y la poesía es “la lengua del silencio, en el sentido de que dice aquello que no se dice comúnmente”. Sus versos, concentrados y transparentes, hablan de la soledad, del amor a la mujer y a la justicia, de las dificultades de escribir.

OFICIO

Mi oficio es el canto
el canto de las palabras,
el dulce embrujo
de las sílabas
y las asonancias.
Éste es mi oficio
y no lo cambio por nada,
pero qué difícil es
querer decir algo
y no tener sino gana.

Casa nuestra, 1964.

ÚLTIMO DIÁLOGO

–Tanto tiempo queriendo escribir
para llegar a la conclusión
de que escribir es un parpadeo
y que da lo mismo
escribir o no escribir,
parpadear o dejar de hacerlo.
¿Acaso alguien dice:
“miro tu parpadeo,
es azul o es
una raya en el espejo”?
¿o el parpadeo
sólo se hace de humo,
vive de por sí,
pasa y no deja huella,
como un único pájaro
sobre la espuma
en el verde mar inmenso,
donde el olvido y sueño
se juntan en un bostezo
de un hombre solo con su máscara
en una habitación de hotel extranjero?
–¿A quién le hablas?
¿Qué dices?
No te escucho.
Cállate. Deja
a los que han encontrado la quietud
en el tráfago de lo perdido.
Babel duerme.
Y tú vienes con parpadeos.
Busca un médico.
Cúrate.
Es un viejo tic inútil
tu parpadeo

Leve reino, 1996.