En 1608 se publica en Sevilla el Discurso en loor de la poesía, un arte poética en verso, compuesta por una poeta anónima del Virreinato del Perú, a la que se conoce como Clarinda. A la moda italianizante se acoge este poema en tercetos en alabanza del “metrificar dulce y sabroso”.
DISCURSO EN LOOR DE LA POESÍA
(FRAGMENTO)
Después que Dios con brazo poderoso
Dispuso el caos y confusión primera,
Formando aqueste mapa milagroso;
Después que en la celeste vidriera
Fijó los signos, y los movimientos
Del Sol compuso en su admirable esfera;
Después que concordó los elementos
Y cuanto en ellos hay, dando preceto
Al mar que no rompiese sus asientos;
Recopilar queriendo en un sujeto
Lo que criado había, al hombre hizo
A su similitud, que es bien perfecto.
De frágil tierra y barro quebradizo
Fue hecha aquesta imagen milagrosa,
Que tanto al autor suyo satisfizo;
Y en ella con su mano poderosa
Epilogó de todo lo criado
La suma, y lo mejor de cada cosa.
Quedó del hombre Dios enamorado,
Y diole imperio y muchas preeminencias,
Por Vicediós dejándole nombrado.
Dotole de virtudes y excelencias,
Adornolo con artes liberales,
Y diole infusas por su amor las ciencias.
Y todos estos dones naturales
Los encerró en un don tan eminente,
Que habíta allá en los coros celestiales.
Quiso que aqueste don fuese una fuente
De todas cuantas artes alcanzase,
Y más que todas ellas excelente;
De tal suerte, que en él se epilogase
La humana ciencia, y ordenó que el darlo
A solo el mismo Dios se reservase;
Que lo demás pudiese él enseñarlo
A sus hijos, mas que este don precioso
Sólo el que se lo dio pueda otorgarlo.
¿Qué don es éste? ¿quién el más grandioso
Que por objeto a toda ciencia encierra,
Sino el metrificar dulce y sabroso?
El don de la poesía abraza y cierra,
Por privilegio dado de la altura,
Las ciencias y artes que hay acá en la tierra.
Ésta las comprehende en su clausura,
Las perfecciona, ilustra y enriquece
Con su melosa y grave compostura.
Y aquel que en todas ciencias no florece,
Y en todas artes no es ejercitado,
El nombre de poeta no merece.
Y por no poder ser que esté cifrado
Todo el saber en uno sumamente,
No puede haber poeta consumado.
Pero serálo aquel más excelente
Que tuviere más alto entendimiento,
Y fuere en más estudios eminente.
1608. Incluido en los preliminares de la Primera parte del Parnaso Antártico, de obras amatorias, de Diego Mejía.