La obra en verso del leonés Andrés Trapiello (1953) es una poetización de sus propias experiencias biográficas. Deudor del simbolismo, los ambientes y objetos descritos en sus poemas se vuelven imágenes visionarias de una emoción.
EL POETA
Toma el hombre las cosas donde el hombre
último las dejó como un legado.
El que inventó la rueda, contra un muro
hizo que descansara y ella sola
reabrió los caminos despertando
de su letargo a todas las demás
ruedas que había, hasta llegar a hoy.
Así ha avanzado el mundo, sin nostalgia.
Sólo nosotros, los poetas, fuimos
condenados a proseguir a ciegas.
Ni una sola palabra de las nuestras
tiene garantizado ser mejor
que aquellas que escribieron con fatiga
Homero, Horacio, Keats o Emily Dickinson,
e incluso son más torpes balbuciendo,
de modo que al decir nosotros «hágase
la luz», en realidad tememos que
se apoderen de todo las tinieblas
y que tengamos que volver a tientas
de una noche tan grande a esta otra noche
donde acaso ya nadie nos espera.
Un sueño en otro, 2004.