La poesía de Gonzalo Millán (Chile, 1947-2006) está presidida por la “mutación permanente de contenidos y formas” con el fin de acceder al conocimiento y al misterio de la existencia.
VACUNA
En realidad ya no escribo,
inoculo vocales, consonantes
de un alfabeto de microbios.
Vacuno con el virus
de la verborragia, el silencio.
Virus, 1984.
ASPIRACIÓN EXPIRADA
Llegar a escribir
algún día
con la simple
sencillez del gato
que limpia su pelaje
con un poco de saliva.
Virus, 1984.
COMBATIENTE
Queriendo
luchar
con la pluma
escribes
dinamita
mojada
con tinta.
Virus, 1984.
LA PALABRA
Amar y desamarla:
hallazgo y extravío.
Armarla y desarmarla:
aprendizaje y hastío.
Virus, 1984.
EL VIEJO PONEY
”¿Por qué eres tan breve?”
Die Kürze, F. Hölderlin
El poema breve ha sido nuestro
caballito de batalla. El viejo
poney hoy yace reventado
por el uso y el abuso
de sus obsesos y obesos jinetes.
Lo cabalgaron epigramáticos
caballeros de todas las layas;
Ezra hasta marearse girando
en el secular carrusel chino;
Bertoldo, el didascálico bávaro
partió en él montado al exilio.
Después medio mundo
lo ha cabalgado y hecho galopar
sin reposo, pienso ni abrevadero.
Desmóntalo antes que se te muera;
que pazca libre y expire en paz
en una cancha de fútbol suburbana
resoplando briznas polvorientas
cerca de unas carpas de gitanos.
Y cuando el infeliz penco muera,
disequémoslo, relleno de aserrín
para que se retraten en plazas
niños ecuestres y viejos poetas
mirando la cámara sobre sus lomos,
con ojos de vidrio triste y verde.
Virus, 1984.