La poesía del mexicano José Emilio Pacheco (1939-2014) es una reflexión, entre crítica e irónica, sobre la condición humana. El paso del tiempo, la historia y sus atrocidades, el mundo y sus desasosiegos, la magia que surge de lo cotidiano… son temas frecuentados por él.
ES HOGUERA EL POEMA…
Es hoguera el poema
y no perdura
Hoja al viento
tal vez
También tristísima
Inmóvil ya
desierta
hasta que el fuego
renazca en su interior
Cada poema
epitafio del fuego
cárcel
llama
hasta caer
en el silencio en llamas
Hoja al viento
tristísima
la hoguera
El reposo del fuego, 1963-64.
JOB 18, 2
¿Cuándo terminaréis con las palabras?,
interroga
en el Libro de Job
Dios -o su escriba.
Y seguimos puliendo, desgastando
un idioma ya seco; tentativas
de hacer que brote el agua en el desierto.
No me preguntes cómo pasa el tiempo, 1968.
DICHTERLIEBE
La poesía tiene una sola realidad: el sufrimiento.
Baudelaire lo atestigua, Ovidio aprobaría
afirmaciones semejantes.
Y esto por otra parte garantiza
la supervivencia amenazada de un arte
que pocos leen y al parecer
muchos detestan,
como una enfermedad de la conciencia, un regazo
de tiempos anteriores a los nuestros,
cuando la ciencia cree disfrutar
del monopolio entero de la magia.
No me preguntes cómo pasa el tiempo, 1968.
MANIFIESTO
Todos somos “poetas de transición”:
la poesía jamás se queda inmóvil.
Irás y no volverás, 1969-72.
ESCRITO CON TINTA ROJA
La poesía es la sombra de la memoria
pero será materia del olvido.
No la estela erigida en la honda selva
para durar entre sus corrupciones,
sino la hierba que estremece el prado
por un instante
y luego es brizna, polvo,
menos que nada ante el eterno viento.
Irás y no volverás, 1969-72.
ARTE POÉTICA
No tu mano:
la tinta escribe a ciegas
estas pocas palabras.
Irás y no volverás, 1969-72.
A QUIEN PUEDA INTERESAR
Otros hagan aún el gran poema,
los libros unitarios, las rotundas
obras que sean espejo de armonía.
A mí sólo me importa el testimonio
del momento inasible, las palabras
que dicta en su fluir el tiempo en vuelo.
La poesía anhelada es como un diario
en donde no hay proyecto ni medida.
Irás y no volverás, 1969-72.
CONTRA HAROLD BLOOM
Al doctor Harold Bloom lamento decirle
que repudio lo que él llamó “la ansiedad de las influencias”.
Yo no quiero matar a López Velarde ni a Gorostiza ni a Paz ni a Sabines.
Por el contrario,
no podría escribir ni sabría qué hacer
en el caso imposible de que no existieran
Zozobra, Muerte sin fin, Piedra de sol, Recuento de poemas.
Siglo pasado, 2000.