El poeta jienense Bernardo López García (1838-1870) alcanzó fama con su oda patriótica a El dos de mayo. En el soneto A un mal poeta romántico, se burla del patetismo y del gusto por lo fúnebre y lo macabro de cierto romanticismo.
A UN MAL POETA ROMÁNTICO
Escritor funeral; genio sin cena;
cantor de tumbas y demás horrores;
perpetuo cazador de ruiseñores;
espectro sin dinero y con melena.
Funerario conserje de la pena;
perseguidor de parcas y dolores;
Safo varón, que al recordar amores
quieres morir por abreviar la escena…
Deja la muerte ya… mas por si aspira
tu genio a abandonar la humana zona,
no busques árbol, ni cordel ni pira.
Oye mi voz que la verdad abona;
ponte al cuello las cuerdas de tu lira,
y cuélgate después… de tu persona.
Poesías, 1880 (2ª ed.).