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Marcial

Mosaico de los peces, en La Pineda

Marco Valerio Marcial (40-104), poeta latino de origen hispano, convirtió el epigrama en vehículo útil para la caricatura y la adulación, la invectiva o el recuerdo amistoso.

NO SABE, CRÉEME, QUÉ SON EPIGRAMAS, FLACO…

No sabe, créeme, qué son epigramas, Flaco,
quien sólo los llama divertimentos y bromas.
Más frívolo es quien escribe el banquete del cruel
Tereo o tu cena, empachado Tiestes,
o a Dédalo ajustándole a su hijo las licuantes alas,
o a Polifemo apacentando sus ovejas sicilianas.
Lejos de mis libros está toda ampulosidad
y mi Musa no se pavonea con el loco traje de la tragedia.
«Sin embargo eso es lo que todos alaban, admiran, adoran.»
Lo admito: eso es lo que alaban, pero esto es lo que leen.

Epigramas, IV, 49. Traducción de Juan Fernández Valverde.


Persio

Mosaico de Neptuno

Del poeta latino Persio (34 a 62 d. C.) se conservan seis sátiras en hexámetros y este prólogo en coliambos. Su estilo es oscuro, lleno de alusiones sociales y literarias.

NI HE BEBIDO EN LA FUENTE CABALINA…

Ni he bebido en la fuente Cabalina,
ni he soñado jamás, que yo recuerde,
sobre la doble cumbre del Parnaso,
para súbito, así, surgir poeta.
A Pirene la pálida, a las diosas
del Helicón entrego a los varones
cuyos bustos rodea y acaricia
la trepadora hiedra, y yo presento,
poeta colegiado sólo a medias,
mis cantos a las fiestas de los vates.
¿Quién hizo articular al papagayo
su «¡Buenos días!», quién a las urracas
enseñó a remedar nuestros sonidos?
La rectora del arte, dadivosa
dispensadora del talento: el hambre,
maestra en imitar voces negadas.
Que si esperanza brilla de dinero
falaz, las poetisas y poetas
–urracas, cuervos– cantan, se diría
la ambrosía y el nectar de Pegaso.

Prólogo a las Sátiras. Traducción de Luis Alberto de Cuenca.