El poeta sevillano José Lamarque de Novoa (1828-1904) expresó en sus versos el desprecio por la poesía autocomplaciente de gusto burgués que predomina en su siglo, carente de aliento épico o de auténtico lirismo.
EL POETA (¡LO QUE VA DE AYER A HOY!)
En Patria y Fe ayer sólo se inspiraba:
al oro llamó vil, y odió su brillo;
y si no tenía capa el pobrecillo,
con la lira en invierno se embozaba.
Fuerza o candor su canto respiraba,
al son de épica trompa o caramillo.
Y alguno tan romántico o sencillo
era que, ardiendo en celos, se mataba.
Hoy es el vil metal su único anhelo;
canta a la duda y nunca mira al cielo,
ni sufre por amor letal desmayo:
a un buen destino, en su ambición, aspira:
si lo consigue al fin, cuelga la lira
de un alto cedro, y… ¡que la parta un rayo!
En el fondo de mi cartera, 1898.