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José Lamarque de Novoa

Los dos caudillos, de José Casado del Alisal

El poeta sevillano José Lamarque de Novoa (1828-1904) expresó en sus versos el desprecio por la poesía autocomplaciente de gusto burgués que predomina en su siglo, carente de aliento épico o de auténtico lirismo.

EL POETA (¡LO QUE VA DE AYER A HOY!)

En Patria y Fe ayer sólo se inspiraba:
al oro llamó vil, y odió su brillo;
y si no tenía capa el pobrecillo,
con la lira en invierno se embozaba.

Fuerza o candor su canto respiraba,
al son de épica trompa o caramillo.
Y alguno tan romántico o sencillo
era que, ardiendo en celos, se mataba.

Hoy es el vil metal su único anhelo;
canta a la duda y nunca mira al cielo,
ni sufre por amor letal desmayo:

a un buen destino, en su ambición, aspira:
si lo consigue al fin, cuelga la lira
de un alto cedro, y… ¡que la parta un rayo!

En el fondo de mi cartera, 1898.


Juan Valera

En el tocador, de Ignacio Díaz Olano

El cordobés Juan Valera (1824-1905) cultivó con éxito la novela psicológica de intriga amorosa. Su esteticismo lo aleja del naturalismo de la época. Su poesía es, en palabras de Menéndez Pelayo, “reflexiva, erudita, sabia y llena de intenciones”.

MI LIRA

Quaeritis unde mihi toties scribantur unde meus veniat mollis in amore
ora liber non mihi Calliope, non haec mihi cantas Apollo, ingenium
nobis ipsa puella facit.

PROPERCIO

Las cuerdas de mi lira
despiden blancos sones,
de armónica dulzura
henchidas y de amores.
Mi garganta modula
ternísimas canciones
y el sonido del harpa
languidece de amores.
Los aromados céfiros
sus alillas veloces
no extienden tan suaves
sobre las gayas flores.
Ni tan dulces lamentan
con arrullos acordes
las palomas gemelas
que se mueren de amores.
Pero el genio sublime
no inspira mis canciones,
ni despliega sus alas
sobre mi frente pobre.
Sólo me inspiran, ¡Cintia!,
tus ojos seductores,
tus nudosos cabellos
más negros que la noche.
De tu voz melodiosa
los dúlcidos acordes
y de tu blando sueño
los inocentes goces.

Poesías, 1885.


Ramón de Campoamor

La Moncloa, de Ángel Lizcano y Monedero

El ovetense Ramón de Campoamor (1817-1901) es la figura más representativa de la poesía española de la época realista. Su obra se caracteriza por el prosaísmo, la ironía escéptica y el sentimentalismo trivial.

LA POESÍA

Del mundo en las edades misteriosas,
el que todo lo crea
dio el alma con la música a las cosas
y al espíritu cuerpo con la idea.

Conquistando después la Poesía
de las artes la palma,
se hizo, uniendo la idea y la armonía,
alma del cuerpo, y cuerpo de nuestra alma.

Doloras.