El barcelonés Juan Boscán (h. 1490-1542), en 1526, empezó a adaptar al castellano los versos endecasílabos y los géneros poéticos de Italia, siendo enseguida secundado por su amigo Garcilaso.
NUNCA DE AMOR ESTUVE TAN CONTENTO…
SONETO I
Nunca de amor estuve tan contento
que en su loor mis versos ocupase,
ni a nadie consejé que se engañase
buscando en el amor contentamiento.
Esto siempre juzgó mi entendimiento:
que de este mal todo hombre se guardase;
y así, porque esta ley se conservase,
holgué de ser a todos escarmiento.
Oh, vosotros que andáis tras mis escritos
gustando de leer tormentos tristes,
según que por amar son infinitos,
mis versos son deciros: «¡Oh benditos
los que de Dios tan gran merced hubistes
que del poder de amor fuésedes quitos!»
Las obras de Boscán y algunas de Garcilaso de la Vega, p. 1543.