Hermes con Dioniso niño, de Praxíteles

El griego Teognis de Mégara (siglos VI-V a. C.) es autor de breves poemas, en metro elegíaco, que cantan el amor a bellos jóvenes, en especial a su querido Cirno. Es una poesía destinada a simposios o banquetes masculinos.

ALAS A TI YO TE HE DADO, CON ELLAS EL MAR INFINITO…

Alas a ti yo te he dado, con ellas el mar infinito
y toda la tierra en un vuelo podrás recorrer
sin fatigas. En todo banquete y festejo presente
te hallarás, albergado en las bocas de muchos.
Y al son de las flautas de tonos agudos los jóvenes
en rondas de amor, con bellas y suaves tonadas
te citarán. Y cuando a las cavernas de la oscura tierra
desciendas, a las lamentables mansiones del Hades,
ni siquiera entonces, muriendo, te ha de faltar tu gloria,
sino que conservarás entre la gente tu nombre inmortal,
Cirno, y vas a viajar por la tierra de Grecia y las islas,
y a cruzar la incansable alta mar habitada por peces,
sin montarte a lomos de caballos, pues van a llevarte
los espléndidos dones de las Musas de trenzas violeta.
Y para todos aquellos, incluso del mañana, que aprecien el canto,
tú vivirás por igual, en tanto existan la tierra y el sol.
Y, sin embargo, de ti yo no recibo ni un poco de aprecio,
sino que, como a un niño pequeño, me engañas con cuentos.

Teognídeas, vv. 237-54. Traducción de Carlos García Gual.