La escritora malagueña María Rosa Gálvez de Cabrera (1768-1806) compuso tragedias y comedias neoclásicas acerca de los deseos y frustraciones de las mujeres en un mundo dominado por el hombre. Su poesía, en opinión de Quintana, es de estilo claro y puro y de versificación fácil y fluida.
LA POESÍA
ODA A UN AMANTE DE LAS ARTES DE IMITACIÓN
Oh tú, que protector del genio hispano
elevas la abatida lira mía,
desde el obscuro seno,
do el velo del olvido la cubría,
hasta el supremo asiento, que previene
la fama a la divina poesía;
a ti consagraré tan dulce empleo;
a ti que amas el arte imitadora,
de la música hermana,
y del alma sensible encantadora.
Seguid mi canto, de placer henchidas,
cítaras de la Iberia;
Amira, alzando el humillado acento,
preconiza la ciencia de Helicona;
y esparce por el viento
los resonantes metros de la Hesperia.
Si de la antigüedad el heroísmo
de los tiempo alcanza el raudo vuelo,
y las puras virtudes celestiales
fueron a par del mundo eternizadas,
por vosotros, Poetas inmortales,
nuestra edad llegaron; de los siglos
las inmensas tinieblas arrostrando,
de anonadar al hombre con su fama
a la huesa arrancáis el triste fuero.
Tal es el arte del divino Homero.