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Limam Boicha

La poesía saharaui en español está marcada por la política: defiende el espacio, el pueblo, la identidad. En los versos de Liman Boicha (Sáhara Occidental, 1972) aflora la vasta cultura milenaria de su pueblo y dialogan el español y el hassanía.

YO BEBÍ LOS VERSOS DE LA MADERA

En mi infancia yo bebí
los versos de la madera.

Un almurabit me enseñó
a fundirlos en el alma.

En su mano colocó
una lisa madera
castaña de rostro bello.

Con tinta de carbón
empapaba su fina pluma.

Escribía versos
en la memoria de la madera.

Después de las lecciones
vertía agua en la poesía.

Un caudal de versos descendía.
“Tómatelo todo – dijo –
para que fecunde tu mente”.

En mi infancia yo bebí
los versos de la madera.

Un almurabit me enseñó
a fundirlos en el alma.

Los versos de la madera, 2004.


Francisco Ruiz Udiel

En la obra del nicaragüense Francisco Ruiz Udiel (1977-2010), la poesía es transgresión del propio ser, una aventura en la que, enfrentando la soledad y la muerte del propio yo, el poeta se crea una nueva identidad.

EL POETA Y LOS SIGNOS

A Álvaro Urtecho

Uno deja de reconocer
al hombre en las palabras,
aquellas palabras que un día se levantaron
tras el peso de las piedras.

Las palabras desprenden signos
que el hombre cierne
sobre la persistente luz,
sobre la melodía que desiste en la hierba.

El olvido se filtra en cada signo,
y ese balbuceo final
—inaudible para todos—
son palabras que el hombre devuelve al mundo;
palabras que le fueron dadas al nacer,
convertidas ya en puentes, cavernas,
en hilos de arena y humo.

Algún día las palabras volverán a ser hombres,
otra vez puentes,
huellas contra el temblor de la vida,
túneles hacia la libertad.

Memorias del agua, 2011.


Giovanni Quessep

La poesía de Giovanni Quessep (Colombia, 1939) está marcada por la celebración del mundo y la lucha dolorosa e inútil contra el tiempo que nos lo arrebata. Quessep recrea, con un lenguaje decantado, los arquetipos y símbolos de muy diversas tradiciones literarias.

PRELUDIO DE LA MUERTE

¿Aun si la poesía no es un engaño
del telar que se mueve ante tus ojos,
dónde hallarás la salvación
y quién o qué podrá salvarte? En nada crees.

Como quien va a morir
esperas en la puerta de tu casa:
Duro oficio esperar lo que se ignora,
buscando, entre las ruinas, una mágica sombra.

Muerte de Merlín, 1985.


Àlex Susanna

Para Àlex Susanna (Barcelona, 1957) «a veces, de una experiencia no muy poética puede salir un poema con más facilidad que ante grandes hechos». Es por ello que la cotidianidad (el hogar, el amor y la familia, el trabajo, los viajes, el paisaje, la cultura…) es el núcleo esencial de su poesía, caracterizada también por el tono de confidencia, meditativo y coloquial.

AVISO PARA NAVEGANTES

A Paulo Teixeira

En una plaza ibérica
te hacen leer, como quien no quiere la cosa,
un poema ante una sorprendida
concurrencia, que por allí pasaba
atareada u ociosa;
y de pronto me veo a mí mismo
intentando patéticamente
abrirme paso con el verso
en medio de la gente indiferente
como un náufrago de quien nadie se percata…
Y poco a poco esta voz que no ve
se hunde, se hunde hasta tocar fondo
y dejar de creer en ella misma:
eso le pasa a la poesía
cuando intenta llegar a demasiada gente.

Inútil poesía, 2002. Traducción de Ángel Guinda.


José Mármol

El poeta José Mármol (República Dominicana, 1960) concibe la poesía como artefacto de conocimiento e instrumento de salvación personal. Es, por su rigor estético e intelectual, uno de los más importantes renovadores de la poesía dominicana contemporánea.

ARTE POÉTICA

Oh llamado demoníaco del surtidor poético, no me abandones a la miseria yerma de la claridad. Apártame por siempre de lo fácil, lo tangible. En la oscuridad prolifera el asombro. Húndeme al tórrido gris de un mar llovido. Deja que me pierda en su armonía de furias. Dame otra vez de la locura el sueño y de la clarividencia el más ancho desvarío. Mantenme colgado de lo inimaginable. Apóyame del aire, así caigo en lo eterno. Clávame al madero de un verso apetecido, de una voluptuosa imagen de otra edad. Átame al dilema de cantar o pensar. Elévame, elévame, elévame y no me sueltes nunca al rumor de lo que es. Desanda con mi lengua los espacios invisibles. Di con mis palabras cuanto habrá de aparecer. Diseca con un verso la belleza del instante. Haz reír un ángel y que Dios me cele. Oh bestial, cortante llamado del tormento poético. Haz de la sospecha pasión de mi escritura; que converjan en mi verbo los idiomas y las pieles, y en las vibraciones espantosas de mi sangre todos los candores de la inocuidad. Haz de mi existencia un estallido, un soplo de vocales, una idea fragante, un ya nunca jamás. Oh monstruoso llamado del surtidor poético. Haz de cada sílaba un lenguaje nuevo y con árboles y piedras un mundo a tu deseo. Haz del no sido el es y del devenir un retornar sin freno. Condéname a todo, oh torrente mágico de la poesía, menos al viciado misterio de lo exacto. Haz que mis canciones sobrevuelen la breve infinitud del universo. Oh demoníaco, oh bestial, oh fecundo y verbal llamado del poema.

Lengua de paraíso, 1992.