Categoría: Literatura cubana

Mariano Brull

Mujeres junto al río (detalle), de Antonio Gattorno

Mariano Brull (Cuba, 1891-1956), tras una breve incursión en el intimismo posmodernista, sometió su poesía a una profunda depuración intelectual, siguiendo el modelo de Mallarmé y Valéry. La poesía (”Verdehalago”), entendida como puro juego sonoro (Brull es el creador de la jitanjáfora), se propone como medio de evasión de la realidad hostil (”Mundodolido”).

AMAR LO DELICADO Y OTOÑAL…

Amar lo delicado y lo otoñal,
el arte antiguo, la canción de ayer;
la clara transparencia del cristal
como una forma espiritual de ser.

Amar la gracia añeja del rosal
y en rosas nuestro ensueño florecer.
Para lo bello ser sensible, igual
que un alma sensitiva de mujer.

Vivir una emoción en cada cosa,
y una fruición benigna y amorosa
en todo afín espíritu dejar…

Y ver las cosas con el narcisismo
de hallar en todo el alma de uno mismo
y en todo el alma de uno mismo amar.

«Recitación a solas, I», La casa del silencio, 1916.


José Lezama Lima

Dos hermanas, de Amelia Peláez

Poesía hermética, la del cubano José Lezama Lima (1912-1976), en la que, en palabras de Cintio Vitier, “la metáfora y la imagen tienen tanto de carnalidad y pulpa dentro del poema como de eficacia filosófica, mundo exterior o razón en sí”.

AH, QUE TÚ ESCAPES

Ah, que tú escapes en el instante
en el que ya habías alcanzado tu definición mejor.
Ah, mi amiga, que tú no quieras creer
las preguntas de esa estrella recién cortada,
que va mojando sus puntas en otra estrella enemiga.
Ah, si pudiera ser cierto que a la hora del baño,
cuando en una misma agua discursiva
se bañan el inmóvil paisaje y los animales más finos:
antílopes, serpientes de pasos breves, de pasos evaporados,
parecen entre sueños, sin ansias levantar
los más extensos cabellos y el agua más recordada.
Ah, mi amiga, si en el puro mármol de los adioses
hubieras dejado la estatua que nos podía acompañar,
pues el viento, el viento gracioso,
se extiende como un gato para dejarse definir.

Enemigo rumor, 1941.


Heberto Padilla

Atado de memorias, de José Manuel Fors

Para el cubano Heberto Padilla (1932-2000), “la poesía debe ser, ante todo, comunicación”. Su libro Fuera del juego (1968) no contó con la aprobación del gobierno castrista y se convirtió en un test sobre los límites de la libertad de expresión en el régimen.

POÉTICA

Di la verdad.
Di, al menos, tu verdad.
Y después
deja que cualquier cosa ocurra:
que te rompan la página querida,
que te tumben a pedradas la puerta,
que la gente
se amontone delante de tu cuerpo
como si fueras
un prodigio o un muerto.

Fuera del juego, 1968.


Dulce María Loynaz

Mujer, de René Portocarrero

La obra poética de la cubana Dulce María Loynaz (1902-1997), una de las aportaciones fundamentales al intimismo posmodernista en Hispanoamérica,  se caracteriza por la unión de lo sensorial y lo metafísico, el erotismo y la espiritualidad.

EN MIS VERSOS SOY LIBRE

En mi verso soy libre: él es mi mar.
Mi mar ancho y desnudo de horizontes…
En mis versos yo ando sobre el mar,
camino sobre olas desdobladas
de otras olas y de otras olas… Ando
en mi verso: respiro, vivo, crezco
en mi verso, y en él tienen mis pies
camino y mi camino rumbo y mis
manos qué sujetar y mi esperanza
qué esperar y mi vida su sentido.
Yo soy libre en mi verso y él es libre
como yo. Nos amamos. Nos tenemos.
Fuera de él soy pequeña y me arrodillo
ante la obra de mis manos, la
tierna arcilla amasada entre mis dedos…
Dentro de él, me levanto y soy yo misma.

Versos, 1938.


Luis Rogelio Nogueras

Durmiendo, de David Rodríguez

La poesía de Luis Rogelio Nogueras (Cuba, 1945-1986) destaca por su fantasía, humor, ingenio y gracia. En sus versos, se borran los límites entre lo social y lo íntimo. La ironía y los continuos juegos de palabras hacen de su lectura una experiencia siempre amena.

ARTE POÉTICA

A Félix Guerra

Ahora sé
que el poema, antes de ser las líneas trazadas
con prisa,
es la conversación en el café,
la sonrisa azul de Blanca Luz,
la muerte de este hombre,
el apretón de manos o la vida entre dos.

Ahora sé
que trazar estas líneas
no es
sino la forma última de hacer la poesía,
el último acto del poema,
la función de trasplantar la vida a la hoja.

La poesía empieza en todas partes
y termina siempre en los papeles.

Cabeza de zanahoria, 1967.