Categoría: Literatura panameña

Enrique Jaramillo Levi

Rosa y ámbar, de Teresa Icaza

La poesía de Enrique Jaramillo Levi (Panamá, 1944) indaga en el absurdo existencial, el erotismo, el dolor humano, la propia poesía… Su lenguaje, sobrio, está teñido de ironía.

APROXIMACIONES

La poesía es el asombro,
el desvelo pensando el misterio,
la vigilia frente al encantamiento,
un retazo arrancado de soslayo a la vida.

La poesía es la palabra revestida
pero también la que se descarna
cuando finalmente opta por nombrarse,
la que dice todo pero a menudo calla.

La poesía es uno mismo
y es el otro siempre, siempre;
un borbotón ansioso de beber es la poesía
y también la seca plenitud del momento.

La poesía es el silencio que crepita,
un manantial sorbiéndose a sí mismo,
los escombros que se vuelven alegría
en cada nuevo vislumbre titubeante.

La poesía es manifestar enojo
y franca disconformidad
ante la miseria humana
o la siempre inaceptable explotación.

La poesía es una de tantas
tímidas aproximaciones
a las entretelas del amor
expresadas con fulminante acierto.

Entrar saliendo, 2006.


Esther María Osses

Mensajes oníricos, de Manuel Chong Neto

La panameña Esther María Osses (1914-1990) es dueña de un lenguaje poético sencillo, espontáneo, pero con múltiples sugerencias y una gran carga emotiva.

HERENCIA

Esta fuerza que impulsa mi pluma
viene de muy lejos…
Es herencia rica que en mis venas arde,
corre por mis nervios,
y rebeldemente,
al papel resbala por entre mis dedos.

¡Si la contuviera sé que me ahogaría!
Es para mi vida lo mismo que el llanto,
lo mismo que el sueño
y la risa.

Dejadme que escriba sin analizarme.
Sin buscar la clave con que el ritmo labro.

Mas si mis estrofas respiran belleza,
si encienden el alma,
decídmelo entonces,
y eso, me basta!

Mi emoción es fuego…
¿Trasmitirla es arte?

Nada más quisiera
si en mis versos arde!

Mensaje, 1945.


César Young Núñez

Fin de siglo, de Julio Zachrisson

La poesía de César Young Núñez (Panamá, 1934) muestra cierta dependencia de la antipoesía de Parra (parodia, lenguaje conversacional…), pero su humor es menos amargo.

A SOLICITUD DE PARTE INTERESADA

Con la mano en el pecho de mi libro,
certifico que estos versos espantosos,
no fueron escritos por mi mano.
Ustedes me preguntarán quién pudo ser.
La verdad sea dicha sin tapujos!
Fue mi pluma Sheaffer!

Verán ustedes mis carísimos lectores.
Hice un trato con mi buena amiga la Poesía:
dos cajetillas de cigarrillos por poema,
y una caja de ecuanil para los nervios.
Menudo lío que me metí con este trato.
A cada rato me llamaba la pluma por teléfono
preguntándome el significado de un vocablo.

A los que hagan el esfuerzo de leerlos,
sin comerse los puntos y las comas,
(No confundir con un restorán el libro)
desde la primera hasta la última palabra
yo les doy las buenas noches,
mi poesía es una droga de dormir.

Antes de terminar les pido,
ceñirse estrictamente a la receta.
No tengo ganas
de asistir a un entierro.

Poemas de rutina, 1967.