En la poesía de Mohammad Sabbag (Marruecos, 1927), encontramos, en palabras de Vicente Aleixandre, “cantos inconfundibles, donde hay tanto de pasión propia, coloreada y patética, como de alcanzados acentos de iluminada solidaridad”.
EL LOCO
Durante los diez primeros años de mi vida,
escribí sobre mi traje escolar:
Mi pueblo es mi canción.
Y seguí cantando…
Pasó el tiempo. Sopló el aire. Y se llevó mi canto.
Durante los segundos diez años de mi vida,
tracé sobre mi libro, con mi pluma:
Mi pueblo es mi juventud.
Pasó el tiempo. Sopló el aire. Y borró mi escritura.
Durante los últimos diez años de mi vida,
escribí con mi propio sudor, sobre mi frente:
Mi pueblo –y vuestro pueblo– se ha dormido en vuestros brazos.
Y pasa junto a mí mi propia gente, espantada, diciendo:
¡Ese es el loco! ¡Alejaos de él!
El árbol de fuego, 1954. Versión de Pedro Martínez Montávez.