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Isaac Goldemberg

La poesía del escritor Isaac Goldemberg (1945), descendiente de padre judío, de origen ucraniano, y de madre católica peruana, ahonda en la dualidad de sus raíces culturales. Muchos de sus poemas se presentan como alegorías o fábulas, donde lo narrativo y lo metafórico se unen en un intento de conciliar poesía y filosofía.

LECCIÓN DE POESÍA

La poesía sufrió la mayor devastación.
Fue expulsada de nación en nación.
¿Dónde estaba la justicia en esto?

Al examinar lo ocurrido,
la poesía llegó al corazón del asunto:
Podía ser que hubiese sido la víctima
por haberse dedicado a servir sus propios propósitos.

Cierto, tuvo una visión y una perspectiva del Universo,
pero permaneció oculta al humano.
Su perspectiva fue nada más
que una proyección de sí misma
y quedó bastante satisfecha de su conclusión:
no se encontraba a disposición de los humanos,
y no era sensible a sus términos,
estaba oculta y se revelaba solo cuando lo deseaba.

La poesía era la poesía
y el humano era el humano
y ocurrió que ya casi nunca se encontraban
la una con el otro.
Esto puso al humano en su lugar,
golpeó en la raíz de su error,
de su concepción de la realidad misma.

¿Pero por qué se dio en el humano esa aversión tan profunda?
El humano dijo que su mismísima presencia
lo había puesto en peligro
y tenía que hacerla perecer para no ser su amenaza.
Luego rehusó voltear a mirarla.

Libro de las transformaciones, 2007.


Ana Luísa Amaral

Para la escritora lisboeta Ana Luísa Amaral (1956-2022), la poesía puede ser «un hogar donde se piense y se sienta de una manera más reposada, y no con esta velocidad loca con la que vivimos»; es el espacio mismo de la posibilidad (es poetizable tanto una cebolla como un planeta), es el lugar de la belleza, de lo simbólico y «el antídoto de la barbarie y del odio».

NI TÁGIDES, NI MUSAS

Ni tágides ni musas:
solo una fuerza que me viene de dentro,
de un punto de locura, de pozo
que me asusta,
seduciendo

Una fuente de hilos de agua
finísima
(un rayo de luna de más
la secaría)

Ni río ni lira
ni femenino grupo transbordando:
solo lo que heredé en fuerza no heredada,
en fuente donde la luz de luna
no está

Cosas de partir, 1993. Traducción de Pedro Serra.


Mario Meléndez

Los poemas de Mario Meléndez (Chile, 1971) han sido comparados por Luis Alberto de Cuenca con “un cuadro de Magritte que se hubiera pintado allá en lo alto de la cordillera andina, en un nido de cóndores”. En su poesía conviven la recuperación de las raíces culturales de América Latina y Chile con el gusto por lo insólito y absurdo.

QUÉ DEBO HACER PARA CANTAR

… a Telvy Orellana

Qué debo hacer para cantar
si a veces se me pierde el grillo
que llevo adentro
se me desprende la campana
el timbre, el ave
y sólo me queda el latido
de algún jilguero en la memoria
luchando por desatar su melodía
sobre las alas del abecedario
Y cuando encuentro al fin mi flauta
en un estanque del tiempo
se me oscurece la garganta de pensar
a quién, a quién, a quién
dirigiré las notas
de este arcoiris sin luz
de esta ampolleta mal colocada
y casi siempre insatisfecha
Preferiría escuchar por las tardes
a una gaviota sentada en mi cuaderno
jugando a ser paracaídas
en los espacios en blanco
o repetir el grito de unos bigotes
al ser arrancados de su lugar de origen
Preferiría el sonido de un huevo
sacándole la lengua al aceite
apresurado por entrar a la boca
de mil mujeres sin dentadura
Entonces recuerdo
que llevo pegada una mosca
al tímpano del alma
ella se reproduce en mis sueños
y no es violín
porque en la muerte desafina
y se le rompen las cuerdas
al detenerse en la sangre.

Vuelo subterráneo, 1996.


Circe Maia

Para Circe Maia (Uruguay, 1932), la función del lenguaje poético es descubrir y descubrirse. El lenguaje sobrio, el tono conversacional y la intensidad caracterizan sus composiciones. Su poema «Por detrás de mi voz» expresa su voluntad de ser voz de los desaparecidos forzosos de la dictadura.

JUNTO A MÍ

Trabajo en lo visible y en lo cercano
—y no lo creas fácil—.
No quisiera ir más lejos. Todo esto
que palpo y veo
junto a mí, hora a hora
es rebelde y resiste.

Para su vivo peso
demasiado livianas se me hacen las palabras.

Presencia diaria, 1964.


José Teruel

La poesía de José Teruel (Melilla, 1959) hunde sus raíces en la poesía mística y en la tradición simbolista. Su lenguaje, esencial, es una meditación, depurada de toda anécdota, sobre el deseo, la ausencia o el tiempo.

ÍNCIPIT

El verbo cuando adviene
es el lugar donde solo acontece,
el jardín de granados
que cerca lo indecible.
No sabemos de qué palabra
hemos nacido, envite oscuro
que emerge a tientas,
en el borde sumido de la luz.
De esta letanía de voces
por una casa hoy deshabitada,
quiero rescatar la maraña inédita
que nuestros cuerpos alojaron,
el estado de gracia
anterior a cualquier plegaria.

Vertical de ausencia, 2021.