Para el escritor polaco Adam Zagajewski (1945), la poesía tiene dos preocupaciones primordiales: una es dar forma a la vida interior; la otra, el análisis audaz del rostro cambiante de nuestro mundo. En sus versos, se conjugan lo sublime y lo cotidiano, la exaltación y la ironía, la claridad y el misterio.
EN LA BELLEZA AJENA
Sólo en la belleza ajena
hay consuelo, en la música
ajena y en los poemas ajenos.
Sólo en los otros hay salvación,
aunque la soledad sepa como
el opio. No son el infierno los otros,
si se los ve por la mañana, cuando
limpia tienen la frente, lavada por los sueños.
Por eso pienso mucho qué
palabra emplear, «él» o «tú». Cada «él»
es una traición a cierto «tú», mas,
a cambio, en un poema ajeno fiel
aguarda un sereno diálogo.
Temblor, 1985. Traducción de Ángel Enríquez Díaz-Pintado.