
Gertrudis Gómez de Avellaneda (Cuba, 1814-1873) es una de las figuras más destacadas del romanticismo hispánico. Los tormentos de la pasión amorosa, el tedio ante la vida y la dignificación del papel de la mujer en la sociedad son algunos de los temas que recorren sus versos.
A LA POESÍA
¡Oh tú, del alto cielo,
Precioso don al hombre concedido!
¡Tú, de mis penas íntimo consuelo,
De mis placeres manantial querido!
¡Alma del orbe, ardiente Poesía,
Dicta el acento de la lira mía!
Díctalo, sí; que enciende
Tu amor mi seno, y sin cesar ansío
La poderosa voz -que espacios hiende-
Para aclamar tu excelso poderío;
Y en la naturaleza augusta y bella
Buscar, seguir y señalar tu huella.
¡Mil veces desgraciado
Quien -al fulgor de tu hermosura ciego-
En su alma inerte y corazón helado
No abriga un rayo de tu dulce fuego!
Que es el mundo sin ti templo vacío,
Cielo sin claridad, cadáver frío.
