Categoría: Literatura española

Carolina Coronado

Juana la Loca, de Francisco Pradilla Ortiz

La poesía de la extremeña Carolina Coronado (1820-1911) participa de las convenciones de la literatura romántica. Entre los poemas de la serie “A las poetisas” (1846) se encuentra algunos en los que reivindica el papel de la mujer en la literatura.

LA POETISA EN UN PUEBLO

¡Ya viene, mírala! ¿Quién?
–Esa, que saca las coplas.
–Jesús, qué mujer tan rara.
–Tiene los ojos de loca.
Diga V., don Marcelino,
¿será verdad que ella sola
hace versos sin maestro?
–¡Qué locura!, no señora;
anoche nos convencimos
de que es mentira, en la boda:
si tiene esa habilidad
¿por qué no le hizo a la novia,
siendo tan amiga suya
décimas o alguna cosa?
–Una décima, es preciso
dije– el novio está empeñado:
«ustedes se han engañado
me respondió, no improviso.»
–Siendo la novia su amiga,
vamos, ¿no ha de hacerla usted?–
«Pero por Dios, si no sé,
¿no basta que yo lo diga?»
La volvimos a rogar,
se levantó hecha una pólvora,
y en fin, de que vio el empeño
se fue huyendo de la boda.
Esos versos los compone
otra cualquiera persona,
y ella luego, por lucirse,
sin duda se los apropia.
–Porque digan que es romántica.
–¡Qué mujer tan mentirosa!
–Dicen que siempre está echando
relaciones ella sola.
–Se enseñará a comedianta.
–Ya se ha sentado ¡la mona!
Más valía que aprendiera
a barrer que a decir coplas.
–Vamos a echarla de aquí.
–¿Cómo? –Riéndonos todas.
–Dile a Paula que se ría.
–Y tú a Isabel, y tú a Antonia.
Ja ja ja ja ja ja ja.
Ya mira, ya se incomoda.
Ya se levanta y se va…
¡Vaya con Dios la gran loca!

1845.


Carlos Bousoño

Collage nº 183, de Francisco Farreras

El asturiano Carlos Bousoño (1923-2015) es uno de los más destacados representantes de la poesía desarraigada de la inmediata posguerra. Himno y elegía se dan la mano en los versos del “poeta incrédulo más hondamente religioso de nuestro tiempo”, en palabras de Francisco Brines.

EL POEMA

Todo está allí, y sigue estando allí, en las palabras
misteriosas, que fueron dichas, pronunciadas,
rotas en una voz de hombre. La crispación del alma,
la grave hora del pesar
más hondo. Mas también
aquel otro dolor,
mínimo para todos, pero no para ti,
en la estación de lluvias, junto al portal oscuro.
O nuestro recordar una canción, a la orilla del bosque en la ladera
suave, un momento de marzo…

… Todo está allí, la sombra, el esplendor
del sol entre las ramas
bajas de los cerezos,
nuestros pasos que van por el sendero
junto al seto de moras,
de niños,
un poco retrasados. Y la riña al llegar
tras la merienda, cuando no lo esperábamos.

… Todo está allí, la sombra del castaño
en el verano suave del norte, y el calor de las islas,
la tristeza, el ensueño, la nostalgia,
la desesperación después, cuando todo cedió
rendidamente,
el caminar postrero…

… Todo está allí, moviéndose o inmóvil,
tal como fue en verdad, entre neblina y leve
sueño. Tal como fue, sin conexión, escaso
de realidad confuso
como vida de hombre.
Y pues fue así, es bien que quede así,
por siempre,
en las fieles palabras.

Noche del sentido, 1957.


Rafael Alberti

No nos dejaremos arrebatar la paz, de Rafael Alberti

El tema principal de la poesía del gaditano Rafael Alberti (1902-1999) es la nostalgia: de su patria y su bahía de Cádiz, de la fe y la inocencia perdidas y de un orden social más justo. Formalmente, destaca por la musicalidad y el virtuosismo para el verso y por el uso de imágenes plásticas.

SI MI VOZ MURIERA EN TIERRA…

Si mi voz muriera en tierra
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.

Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!

Marinero en tierra, 1924.


Juan de Arguijo

Venus y Adonis, de José Ribera

El poeta sevillano Juan de Arguijo (1567-1623) es autor de exquisitos sonetos de tema mitológico y pictórico, donde muestra su gran erudición clásica y arqueológica.

DE ANFIÓN

Si pudo de Anfión el dulce canto
juntar las piedras del tebano muro;
si con suave lira osó seguro
bajar el Tracio al reino del espanto;

si la voz regalada pudo tanto
que abrió las puertas de diamante duro,
y un rato suspendió de aquel oscuro
lugar la pena y miserable llanto;

y si del canto la admirable fuerza
domestica los fieros animales,
y enfrena la corriente de los ríos:

¿qué nuevo mal en mi pesar s’esfuerza,
pues con lo que descrecen otros males
se van acrecentando más los míos?


Juan Ruiz Peña

Paisaje, de Mª Antonia Dans

La poesía del jerezano Juan Ruiz Peña (1915-1992) se caracteriza por la expresión sencilla, transparente, y nos invita a la reflexión en torno al amor, la soledad, la naturaleza.

VERSO LARGO

Verso largo como la senda del bosque,
como el cielo infinito, armonioso
como la creación.
Cruel y terrible como un océano afilado
de tiburones,
el verso más largo que se haya escrito jamás,
y uncido como un buey a él mi corazón
desesperado,
que sabe que lo mejor sería no haber nacido.
Corazón desolado como el muro de los
fusilamientos,
corazón solitario como el barco
que se hunde en alta mar.
Porque el hombre
es menos que un fósforo, menos que un montoncillo
de cenizas, que un sueño.
Clavado aquí velo a mi propia alma
incrédula.
Me repugna soñar: transcribo lo que soy
humildemente, sin color,
sin música e incluso
con sintaxis cavada como una trinchera,
donde se guarece el que yo fui,
el vagabundo, el enamorado,
el realista que escribe esto
por afán de escribir un verso oceánico,
arco iris entre el sueño y lo real,
dardo relampagueante que llegue a ti, Señor.

Andaluz solo, 1962.