Categoría: Literatura hispanoamericana

José Isaac de Diego Padró

Sin título (Tres bailarines), de José Antonio Torres Martino

Co-fundador con Luis Palés Matos de uno de los ismos puertorriqueños de vanguardia, el diepalismo, José Isaac de Diego Padró (1896-1974) es, además, uno de los precursores de la antipoesía. Defendió una poesía que fuera “humanidad y naturaleza, no un cementerio de retórica”.

EPÍSTOLA ADMONITORIA AL POETA CALANDRINO

Calandrino, poeta, en nombre de tu arte,
Escucha lo que quiero aconsejarte,
Que es fruto ya maduro de ciencia y experiencia.
Conviene que reacciones de tu parte
Contra esa sistemática complacencia,
Esa tu práctica socorrida
De estarte día y noche con la caña tendida
A caza de retóricos pelitriques,
En estos tiempos de realismo aplastante,
Se impone seriamente romper con semejante
Estética de alfeñiques,
Que ni de gratis nadie la querría
Aunque dieras encima dos peniques.
Es menester, por tanto, Calandrio, maestro
Y juez radiante de poesía,
Que a tono con los gustos actuales, te dediques
A renovar el mundo de tu estro.
Elabora, si puedes, con tu seso y tus manos,
Y provisto de auténticos materiales humanos,
Otras más consistentes y objetivas criaturas:
Seres articulados, vivos, de órganos sanos,
Sin afeites ni adobos, ni fiorituras.


Víctor Redondo

Paisaje con figura, de Hugo de Marziani

Para el argentino Víctor Redondo (1953), el oficio literario consiste en encontrarle nuevos sentidos a la realidad, en luchar para enriquecer el lenguaje y así poder decir aquello que siente la gente, pero que no ha encontrado aún su expresión.

LA DESTRUCCIÓN DE LA REALIDAD

Como operación delicada que es, los poetas
comienzan a roer la realidad con tal delicadeza e inocencia
que nadie, juraría, creería que eso es lo que sucede.
Se desmontan los mecanismos del pensamiento.
La orfebrería mental
se desvanece.
La realidad se aleja del corazón. Desaparece el placer.

(Otra manera de verlo:
el mundo se aleja de los hombres
porque el mundo los sobrepasa en inteligencia,
veut dire: la Tierra piensa.)

Se destruye la tapa de lo razonable: el cerebro
estalla.
Entonces la vuelta de tuerca,
el golpe de efecto,
retroceso para la ironía:
se ha ido,
se ha ido,
repite la voz: se ha ido
un hombre viejo que al enfrentar su vejez
decidió arrancar de la muerte
un argumento: la revelación de un misterio:
ver
lo que no existe.

Circe, cuaderno de trabajo, 1979-1984.


José María Heredia

Paisaje con río, de Esteban Chartrand

José María Heredia (Cuba,1803-México,1839) es el máximo exponente del aliento inicial del romanticismo en Hispanoamérica por su exaltación imaginativa y su apasionado modo de ver y sentir la naturaleza.

RENUNCIANDO A LA POESÍA

Fue tiempo en que la dulce poesía
el eco de mi voz hermoseaba,
y amor, virtud y libertad cantaba
entre los brazos de la amada mía.

Ella mi canto con placer oía,
caricias y placer me prodigaba,
y al puro beso que mi frente hollaba
muy más fogosa inspiración seguía.

¡Vano recuerdo! En mi destierro triste
me deja Apolo, y de mi mustia frente
su sacro fuego y esplendor retira.

Adiós, ¡oh Musa! que mi gloria fuiste:
adiós, amiga de mi edad ardiente:
el insano dolor quebró mi lira.

1823.


Isaac Felipe Azofeifa

Desnudo de Concha, de Francisco Zúñiga

Poesía amorosa, poesía existencial y poesía social son las tres vertientes que animan la inspirada obra de Isaac Felipe Azofeifa (1909-1997), uno de los fundadores de la poesía moderna en Costa Rica.

OH, TEMPESTAD DE FORMAS

Oh, tempestad, a dónde, a dónde me conduces, lleno de ti,
girando en el vacío, arrebatado por tu cruel ventura.

Yo quiero descansar, pero me avienta tu pulmón de violencia,
me arrebata tu vértigo, a dónde, a dónde me conduces.

Sobre tu móvil lomo avanzo, retrocedo, giro sobre mí mismo,
todas las cosas que conozco y recuerdo se precipitan en tu vórtice.

Ah, los pequeños animales que ahora están pegados a la tierra,
que tu ímpetu ignoran, tu dominio, tu posesión voraz del hombre.

Esta cima conquisto cada día, esta región de vendavales,
este mundo infinito donde nada subsiste y todo permanece.

Participo de este poder creador de seres, en sí mismo sin límites,
me hundo en la pasión paridora del cosmos, me deseo, me elijo,
desafío, asciendo entre castigos y catástrofes, y en lo alto,
pongo mi libertad, la tuya, la de todos, la del mundo infinito.

Oh, tempestad de formas!
Que la estéril rutina no me encadene a su vil gramática,
a su camino donde las estatuas ya son blancas vacas muertas,
y los paseantes se saludan -qué tal, qué tal-, mientras adulan
el pasado, y escupen juicios hacia el presente sin futuro,
hasta que el día es una alberca de peces muertos y agua inmóvil.

Dame la llama interior, dame la rebelión, dame lo real,
dame la puerta abierta hacia los otros,
dame aceptar activamente,
libremente vivir aún lo que es necesario.
Oh, aventura!

De tus manos espero seguir recibiendo el bien perfecto
de la súbita iluminación del rayo,
de la ilusión que se derrumba como un muro.
Dame vivir heroicamente,
aunque este reto sea tan pequeño que cabe
toda mi libertad en la forma interior de este verso.

Vigilia en pie de muerte, 1962.


Amado Nervo

Paisaje con niña y hortensias, de Alfredo Ramos Martínez

La poesía del modernista Amado Nervo (México, 1870-1919) gira en torno a la dialéctica entre carne y espíritu, sensualidad y misticismo, fe rota y afán de trascendencia.

POETAS MÍSTICOS

Bardos de frente sombría
y de perfil desprendido
de alguna vieja medalla;

los de la gran señoría,
los de mirar distraído,
los de la voz que avasalla.

Teólogos graves e intensos,
vasos de amor desprovistos,
vasos henchidos de penas;

los de los ojos inmensos,
los de las caras de cristos,
los de las grandes melenas:

mi musa, la virgen fría
que vuela en pos del olvido,
tan solo embeleso halla

en vuestra gran señoría,
vuestro mirar distraído
y vuestra voz que avasalla.

Mi alma que os busca entrevistos
tras de los leves inciensos,
bajo las naves serenas,

ama esas caras de cristos,
ama esos ojos inmensos,
ama esas grandes melenas.

Místicas, 1898.