
Co-fundador con Luis Palés Matos de uno de los ismos puertorriqueños de vanguardia, el diepalismo, José Isaac de Diego Padró (1896-1974) es, además, uno de los precursores de la antipoesía. Defendió una poesía que fuera “humanidad y naturaleza, no un cementerio de retórica”.
EPÍSTOLA ADMONITORIA AL POETA CALANDRINO
Calandrino, poeta, en nombre de tu arte,
Escucha lo que quiero aconsejarte,
Que es fruto ya maduro de ciencia y experiencia.
Conviene que reacciones de tu parte
Contra esa sistemática complacencia,
Esa tu práctica socorrida
De estarte día y noche con la caña tendida
A caza de retóricos pelitriques,
En estos tiempos de realismo aplastante,
Se impone seriamente romper con semejante
Estética de alfeñiques,
Que ni de gratis nadie la querría
Aunque dieras encima dos peniques.
Es menester, por tanto, Calandrio, maestro
Y juez radiante de poesía,
Que a tono con los gustos actuales, te dediques
A renovar el mundo de tu estro.
Elabora, si puedes, con tu seso y tus manos,
Y provisto de auténticos materiales humanos,
Otras más consistentes y objetivas criaturas:
Seres articulados, vivos, de órganos sanos,
Sin afeites ni adobos, ni fiorituras.



