Categoría: Literatura hispanoamericana

Rubén Darío

Estanque, hojas caídas y cisnes, de Antonio Muñoz Degrain

El nicaragüense Rubén Darío (1867-1916) es uno de los mayores renovadores de la poesía en español, así como el máximo representante del Modernismo. Nos legó una lírica brillante, sensual, impresionante por su riqueza léxica y el virtuosismo de sus efectos rítmicos.

PUSO EL POETA EN SUS VERSOS…

Puso el poeta en sus versos
todas las perlas del mar,
todo el oro de las minas,
todo el marfil oriental;
los diamantes de Golconda,
los tesoros de Bagdad,
los joyeles y preseas
de los cofres de un Nabab.
Pero como no tenía
por hacer versos ni un pan,
al acabar de escribirlos
murió de necesidad.

Abrojos, 1887.


José Antonio Ramos Sucre

Paisaje de noche, de Luis Ordaz

Los poemas en prosa del venezolano José Antonio Ramos Sucre (1890-1930) se aproximan a veces al ensayo, pero aun entonces predomina la imaginación verbal sobre lo conceptual.

SOBRE LA POESÍA ELOCUENTE

La elocuencia es el don natural de persuadir y de conmover. La retórica, arte de bien decir, es sierva leal o desleal de la elocuencia, y cuando usa palabra altisonante o superflua merece el nombre de declamación. De modo que no hay disculpa al confundir maliciosamente la elocuencia, ventaja del contenido, emanada del afecto vehemente o de la convicción sincera, con la declamación que es vicio de la expresión, retórica defectuosa.

Algunos poetas sostienen que debe torcerse el cuello a la elocuencia, y conviene objetarles que tal severidad sólo debe usarse con la declamación, porque aquel don afortunado sirve muy bien a la poesía entusiasmada y lírica. Además, debe distinguirse entre los poetas inactuales y egotistas y los poetas comunicativos, de apostolado y de combate, bardos de aliento profético y simpatía ardorosa que ejercen una función nacional o humanitaria. Los últimos no pueden prescindir jamás de la elocuencia y se expresarán inevitablemente en imágenes, medio que puede enunciar la filosofía más ardua y comunica eléctricamente la emoción. La imagen es la manera concreta y gráfica de expresarse, y declara una emotividad fina y emana de la aguda organización de los sentidos corporales. Algunos dialécticos, enamorados de la idea universal y sin fisonomía, reprueban esta manera de expresión, considerándola de humilde origen sensorial, y abogando por la supremacía de la inteligencia, con lo cual insisten en las distintas facultades de la mente humana, que es probablemente una totalidad sin partes.

La imagen siempre está cerca de símbolo o se confunde con él, y, fuera de ser gráfica, deja por estela cierta vaguedad y santidad que son propias de la poesía más excelente, cercana de la música y lejana de la escultura.

La imagen, expresión de lo particular, conviene especialmente con la poesía, porque el arte es individuante.

La imagen es un medio de expresión concreta y simpática, apta para poner de relieve las ideas sublimes e independientes de la metafísica y las nociones contingentes de la experiencia, y comunica instantáneamente los afectos. Pero nunca deja de ser un medio de expresión, y quien la use como fin viene a parar en retórico vicioso, en declamador.

La Torre de Timón, 1925.


Gabriela Mistral

Pincoy, de Camilo Mori

La poesía de Gabriela Mistral (Chile, 1889-1957) se caracteriza por la expresión de su intimidad dolorida, el deseo de penetrar en los enigmas de la existencia y un lenguaje sencillo y autóctono.

DECÁLOGO DEL ARTISTA

I. Amarás la belleza, que es la sombra de Dios sobre el Universo.

II. No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador, lo afirmarás creando a su semejanza.

III. No darás la belleza como cebo para los sentidos, sino como el natural alimento del alma.

IV. No te será pretexto para la lujuria ni para la vanidad, sino ejercicio divino.

V. No la buscarás en las ferias ni llevarás tu obra a ellas, porque la Belleza es virgen, y la que está en las ferias no es Ella.

VI. Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá purificado a ti el primero.

VII. Tu belleza se llamará también misericordia, y consolará el corazón de los hombres.

VIII. Darás tu obra como se da un hijo: restando sangre de tu corazón.

IX. No te será la belleza opio adormecedor, sino vino generoso que te encienda para la acción, pues si dejas de ser hombre o mujer, dejarás de ser artista.

X. De toda creación saldrás con vergüenza, porque fue inferior a tu sueño, e inferior a ese sueño maravilloso de Dios, que es la Naturaleza.

Desolación, 1922.


José Emilio Pacheco

De la serie Zoología mental, de Rodolfo Nieto

La poesía del mexicano José Emilio Pacheco (1939-2014) es una reflexión, entre crítica e irónica, sobre la condición humana. El paso del tiempo, la historia y sus atrocidades, el mundo y sus desasosiegos, la magia que surge de lo cotidiano… son temas frecuentados por él.

ES HOGUERA EL POEMA…

Es hoguera el poema
y no perdura

Hoja al viento
tal vez
También tristísima
Inmóvil ya
desierta
hasta que el fuego
renazca en su interior

Cada poema
epitafio del fuego
cárcel
llama
hasta caer
en el silencio en llamas

Hoja al viento
tristísima
la hoguera

El reposo del fuego, 1963-64.


Francisco Matos Paoli

Dos figuras, de Julio Rosado del Valle

Francisco Matos Paoli (Puerto Rico, 1915-2000), poeta fecundo, de estirpe simbolista e idealista, canta por todos los hombres y todos los pueblos que luchan por la libertad.

MI VERSO

Mi verso es un misterio indefinible
un enigma sagrado e inmortal,
el ensueño de un amor imposible
el suspiro de un tímido cantar.

Es cual el ave que cruza impasible
por el cielo azul y el zafir del mar;
tras quimeras y sueños asequibles
y fantasías de un opiado soñar.

Envuelto en una niebla de dulzura
desgrano los cantares de mi verso
para el consuelo y ocio de mi ser.

Y sigo el sendero de mi ventura
esparciendo por todo el universo
las notas de mi verso rosicler.

Signario de lágrimas, 1931.