
Edmund Spenser (1552?-1599) es, tras Wyatt y Surrey, el tercer gran eslabón en la consolidación del soneto en la poesía inglesa. Su obra muestra los ideales caballerescos, la condición sublime del hecho religioso y el amor como voluntad salvadora.
FELICES VOSOTRAS HOJAS, CUANDO ESAS MANOS DE LIRIO…
Felices vosotras hojas, cuando esas manos de lirio,
que sostienen mi vida con su poder de causar muerte,
os cojan y os ciñan con las bandas suaves del amor,
como a cautivos que ante el vencedor tiemblan.
Y felices versos, a los que con luz de estrellas,
esos ojos de lámpara a veces se dignen mirar
y leer las penas de mi espíritu angustiado,
escritas con lágrimas en el cerrado libro del corazón sangrante.
Y felices rimas bañadas en el sagrado arroyo,
del Helicón de donde brota,
cuando contemples esa bendita mirada de mi Ángel,
a mi alma largo tiempo le faltó alimento, a mi cielo júbilo.
Hojas, versos y rimas, buscan agradar tan sólo a ella,
pues si a ti te agradan, por nadie más cuidados tengo.
Amoretti, 1595. Traducción de Santiago González.



