Categoría: Literatura inglesa

Edmund Spenser

Tres niñas, de un seguidor de William Larkin

Edmund Spenser (1552?-1599) es, tras Wyatt y Surrey, el tercer gran eslabón en la consolidación del soneto en la poesía inglesa. Su obra muestra los ideales caballerescos, la condición sublime del hecho religioso y el amor como voluntad salvadora.

FELICES VOSOTRAS HOJAS, CUANDO ESAS MANOS DE LIRIO…

Felices vosotras hojas, cuando esas manos de lirio,
que sostienen mi vida con su poder de causar muerte,
os cojan y os ciñan con las bandas suaves del amor,
como a cautivos que ante el vencedor tiemblan.

Y felices versos, a los que con luz de estrellas,
esos ojos de lámpara a veces se dignen mirar
y leer las penas de mi espíritu angustiado,
escritas con lágrimas en el cerrado libro del corazón sangrante.

Y felices rimas bañadas en el sagrado arroyo,
del Helicón de donde brota,
cuando contemples esa bendita mirada de mi Ángel,
a mi alma largo tiempo le faltó alimento, a mi cielo júbilo.

Hojas, versos y rimas, buscan agradar tan sólo a ella,
pues si a ti te agradan, por nadie más cuidados tengo.

Amoretti, 1595. Traducción de Santiago González.


Marianne Moore

Habitación de hotel, de Edwar Hopper

La poesía de Marianne Moore (Estados Unidos, 1887-1972) destaca por la multiplicidad de voces, la búsqueda de lo auténtico en lo concreto y el rigor expresivo.

LA POESÍA

A mí tampoco me gusta.
Pero, al leerla con absoluto desprecio, descubrimos en
ella, al fin y al cabo, sitio para lo auténtico.

Poemas escogidos, 1935. Traducción de Lidia Taillefer de Haya.


Charles Reznikoff

Niño leyendo tiras cómicas en una calle de Nueva York, de André Kertész

El estadounidense de origen judío Charles Reznikoff (1894-1976) es uno de los grandes poetas de lo cotidiano: comprende la seriedad de los pequeños hechos y demuestra una misteriosa compasión por las vidas de la gente vulgar.

TE DEUM

No canto
a mis victorias
pues no tengo ninguna,
sino a la simple luz del sol,
a la brisa;
a la generosidad de la primavera.

No canto a mis victorias
sino al trabajo diario realizado
lo mejor posible;
no aspiro un sitio en el palio
sino a un lugar en la mesa familiar.

Poemas, 1918-1975. Traducción de Mª Eugenia Ciocchini.


Emily Dickinson

Joven de blanco, de James A. Whistler

La obra poética de Emily Dickinson (Estados Unidos, 1830-1886) es celebrada, gracias a su especial sensibilidad, misterio y profundidad, como una de las más importantes de habla inglesa de todos los tiempos. Dickinson supo crear un lenguaje metafísico y emotivo a la vez.

ERA UN POETA, O SEA…

Era un poeta, o sea
sacaba algún sentido sorprendente
de los significados ordinarios;
y una esencia infinita

de todas nuestras cosas
que tienen que morir en los umbrales;
tal vez fuimos nosotros los que antes
las inmovilizamos.

El poeta descubre
imágenes, y es él quien nos permite
que tengamos, aun siendo paradoja,
la pobreza sin fin.

El inconsciente robo
de una parte no va a quitarle nada,
pues todas las riquezas que posee
nada son para el tiempo.

1862. Traducción de Carlos Pujol.


William Shakespeare

Lord Herbert of Cherbury, de Isaac Oliver

Los sonetos amorosos de William Shakespeare (1564-1616), dedicados a un rubio amigo y a una dama negra, muestran el mismo conocimiento profundo del corazón humano que sus dramas.

¿CÓMO PUEDE MI MUSA, TRATAR DE INVENTAR ALGO…?

¿Cómo puede mi Musa, tratar de inventar algo,
mientras que tú me alientas y esparces en mis versos,
tu exquisito argumento, demasiado excelente,
para que algún papel, vulgar, te lo repita?

¡Oh! Date tú las gracias, si algo de lo que es mío,
por digno de tu vista se ofrece a la lectura.
¿Quién sería tan necio, que de ti no escribiera,
cuando eres tú quien da la luz de la invención?

Sé la décima Musa, diez veces más valiosa,
que las antiguas nueve, que invocan los poetas
y al juglar que te llama, déjalo producir
los versos inmortales, que al tiempo sobrevivan.

Mas si mi tenue Musa, agrada en ese tiempo,
sea mía la pena y tuya la alabanza.

Soneto XXXVIII. Traducción de Ramón García González.