La poeta argentina Luisa Futoransky (1939) es capaz de comunicar con nitidez paisajes interiores borrosos, a la vez que transmitir con inmediatez lo lejano.
LAS VÍCERAS DE DIOS
Sé que va a venir y me apresto para la batalla
te noto, vecindad del poema, te noto en las cosas que se alejan
en que todo puede postergarse menos esto
es esta habitación, es esta palabra
soy yo desde que he nacido
con cada una de las cicatrices que dejaron los rostros en mi vida
con cada uno de los días que no volverán a repetirse
cada palabra que se pronunció
y cada una que dejó de pronunciarse
todos los sueños olvidados
las remotas señales de la divinidad
las serpientes que a uno le devoran
o, en las grandes épocas de sol,
que uno suele devorar.
El poema, esta Gran Ópera donde no faltan las marchas triunfales
los puñales de hojalata
los anillos con fondo secreto para guardar el veneno
las traiciones
las pelucas
los sonámbulos
los divos
los dragones de cartón
los verdaderos dragones
los polifemos con su único ojo recién vaciado
deus ex machina
ven conmigo Dios a recorrer el mundo
ven a este cuarto
y te mostraré lo que es el poema.
Babel, Babel, 1968.
ESTOFADO
Escribir con la paciencia de un entomólogo, la displicencia de un dandy y la febrilidad del buscador de oro.
El poema, la más frágil transparencia nupcial.
La Parca, enfrente, 1995.
ARTE POÉTICA
El pescador conoce de aparejos, sedales, tanzas,
cañas, anzuelos, plomadas.
El pescador sabe devolver al agua
las palabras
que no sirven.
Inclinaciones, 2006.