Un erotismo trasgresor y un esteticismo culturalista, que se nutre de mitos clásicos y cristianos, y también de otros más modernos, como los poetas románticos, el cabaret y el teatro, caracterizan la obra de la gaditana Ana Rossetti (1950).
AUN LA ESCRITURA DEJA ATRÁS SUS RENGLONES DESATANDO SU INCONTENIBLE ESTELA…
Aun la escritura deja atrás sus renglones desatando su incontenible estela:
impronta que reseca su lacada herida;
sentimientos que se alejan hasta desvanecerse, hasta abismarse, veloces en
[las ráfagas nubladas del principio.
Conforme crece se empequeñecen sus vagones de carga perecedera: imágenes
[que se convierten en reflejo;
consignas que acumulan sus escombros, que domestican sus significados hasta
[que deja de ser.
Irreversiblemente, las palabras, mientras avanzan, mientras se abren camino
[en el vacío, mientras su máquina demoledora persigue los instantes,
van empapando, absorbiendo el agua de la clepsidra.
Van acortando el lápiz, acelerando su consunción, al intentar organizar la
[pervivencia.
Van desposeyéndose, transformándose, escapando en tanto apresan y
[precisan y detienen.
Pues seguir no es sino dejar atrás, pasar la llana al compás de los péndulos,
[ahondar la saeta en el último tramo, fingiendo desdeñar, o desmentir,
[el pacto que liga la fragilidad a la existencia.
Punto umbrío, 1995.