Para el peruano Javier Sologuren (1921-2004), la poesía se vincula con la catarsis, una forma de liberación y expresión de sus experiencias personales, lo cual no está reñido con la búsqueda constante de la perfección formal.
POESÍA
Poesía, no me niegues tus dones
por más tiempo. Tengo el oído atento,
los ojos despiertos, abierto el corazón.
Poesía, ¿a qué eres igual,
cuál tu gemelo, cuál tu secreto?
Si es en soledad donde tus voces se oyen,
en ella te he aguardado solo con mi deseo.
Si el sueño es, otra cosa no he hecho
que vagar entre los signos de la noche,
llama en que me enajeno.
No. No te pareces al amor.
¿No está para siempre en mí su garra?
Diría aún a la pena y al olvido
si no fueran el pan de cada día.
Pero qué cerca estás de mi sangre
y sólo creo en el dolor de haberte visto.
Otoño, endechas, 1959.