Gilberto Owen (1905-1952), componente del grupo poético mexicano Contemporáneos, cultivó una poesía hermética, pero impregnada por un particular sentido del humor y la ironía.
PUREZA
¿Nada de amor –¡de nada!– para mí?
Yo buscaba la frase con relieve, la palabra
hecha carne de alma, luz tangible,
y un rayo del sol último, en tanto hacía luz
el confuso piar de mis polluelos.
Ya para entonces se me había vuelto
el diálogo monótono,
y el río, Amor –el río: espejo que anda–,
llevaba mi mirada al mar sin mí.
¡Qué puro eco tuyo, de tu grito
hundido en el ocaso, Amor, la luna,
espejito celeste, poesía!
Desvelo, 1925.