Augusto Ferrán (Madrid, 1835-1880) escribió cantares de imitación popular, sobre el amor, el paso del tiempo, la búsqueda de la soledad… Mostró preferencia por la copla, aunque también escribió soleás y seguidillas.
LAS FATIGAS QUE SE CANTAN…
Las fatigas que se cantan
son las fatigas más grandes,
porque se cantan llorando
y las lágrimas no salen.
La soledad, I, 1860.
NO OS EXTRAÑE, COMPAÑEROS…
No os extrañe, compañeros,
que siempre cante mis penas,
porque el mundo me ha enseñado
que las mías son las vuestras.
La soledad, XXIII, 1860.
EL PÁJARO QUE ME DISTE…
El pájaro que me diste,
preso lo tengo en su jaula,
y el pobre de día y noche
se muere, y por eso canta.
La soledad, XXXIII, 1860.
LOS CANTARES QUE YO CANTO…
Los cantares que yo canto
se los regalo a los vientos,
y uno no más, uno solo,
guardo hace tiempo en secreto.
Y aquí lo guardo en secreto,
para cantárselo a solas
al que me quiera explicar
el por qué de muchas cosas.
La soledad, LXVI, 1860.
ME HIERES CON UN PUÑAL…
Me hieres con un puñal,
yo con mi pluma te hiero;
mi pecho queda encarnado,
y el tuyo se queda negro.
La soledad, CXXX, 1860.
LOS CANTARES QUE YO ESCRIBO…
Los cantares que yo escribo
bien sabes tú, compañera,
que antes los hago contigo.
La pereza, XXXII, 1870.