Para Juan Bañuelos (México, 1932-2017), uno de los poetas más destacados del grupo literario «La Espiga Amotinada», de fuerte impronta política, «la poesía respira del pulmón de la historia, la política, la fábula, la noticia, el humor y, sobre todo, del poder de interpretar lo sagrado del hombre». Sus imágenes parecen, en opinión de Juan Gelman, «recién sacadas de la tierra».

PROFECÍA INMEDIATA

Me salgo de esta hoja.
No sirve ya el papel.
No sirve el llanto.

Vengo de dar un doble puñetazo
En la mesa del hambre y de la usura.
Vengo de atar el miedo a un rayo desbocado,
De recoger la nieve que desciende.
De convertir mi alma en una seca piel.
Vengo de dibujar el blanco
De una bala en mi frente,
De llevar la mañana a los ojos nublados,
De sacar a la calle al luto y a la fiebre.

No sirve ya el papel.
No sirve el llanto.
Escribo en las paredes.

Escribo en las paredes, 1965.

NO HABLO DE MÍ, DE TODOS HABLO

Excelentísimo señor mi llanto:
Has arrasado márgenes y orillas,
Y no consiento más que estas mejillas
Sigan surcadas de hambre y pena y tanto…

Pues que no existe imagen del espanto
Para vestir este dolor, astillas
Hay en mi corazón, y de rodillas
Armo este pueblo y este amor levanto.

Se hincha mi pecho y saltan los botones
De mi camisa. Silbo. Doy alarmas.
Y el viento se levanta de los llanos.

Oíd: golpeando puertas y portones
Escribo y hablo: son estas mis armas.
Y esta es mi patria. Y estas son mis manos.

Escribo en las paredes, 1965.