La vida y la poesía del salmantino Marcos Ana (1920-2016) están marcadas por su solidaridad con los oprimidos y desheredados y con los que, como él, fueron víctimas de la represión política bajo el franquismo. Sus poemas más conocidos fueron escritos en el presidio, donde permaneció 23 años.

NORMA

Quiero que mis poemas tengan hueso
y estructura de piedras palpitantes:
verlos siempre de pie (torres errantes
de la vida y el hombre) por su peso.

Capaces de ser bala y de ser beso,
cantos de paz o puños resonantes,
azules como el rayo o verdeantes
como olivo maduro… Que su espeso

son a metal, colmena o bosque herido,
suba desde mi sangre, tensamente,
a otro labio desierto o perseguido.

¡Versos con alma y versos con simiente,
con atléticos hombros y un erguido
pueblo de corazones por su frente!

Poemas de la prisión y la vida, 2011.