Homero Aridjis (1940), intelectual mexicano especialmente sensible a los problemas medioambientales, ha cultivado la poesía, el teatro y la novela. Como poeta, evolucionó desde una poesía metafórica y visual, cercana a Octavio Paz, a formas de mayor sencillez discursiva.
BUEN SITIO ES EL ALMA PARA LA POESÍA…
Buen sitio es el alma para la poesía
de ella ha salido y es justo que a ella vuelva
con el mismo temblor que era pulsada
y los mismos ojos que la vieron erguirse
el dolor en ella restañó las palabras
la alegría en ella se repitió tantas veces
como un río se recorre se ocultó tantas veces
como la verdad suele hacerlo
con la breve premura de su canto
instauró en el aire un reino
donde las llamas pudieron ser criaturas
y las criaturas sombra doliente de la santidad
voló toda la vida sin despegar las alas
llegó todo el tiempo sin aparecer del todo
estableció aquí la raíz allá el amor
sobre la hierba lo visible lo invisible de un ángel
abrió todos los ojos habló en todas las bocas
colgó como una hoja en la verde maravilla del árbol
su vestido fue un templo su sueño fue este mundo
Los espacios azules, 1968.
EL POEMA
a Octavio Paz
El poema gira sobre la cabeza de un hombre
en círculos ya próximos ya alejados
El hombre al descubrirlo trata de poseerlo
pero el poema desaparece
Con lo que el hombre puede asir
hace el poema
Lo que se le escapa
pertenece a los hombres futuros
Quemar las naves, 1975.
EL POEMA
1. Un poema es una suma de hombres y una combinación de palabras.
2. Con las palabras asumimos la historia.
Con el poema asimos la vida.
3. El poema hecho, como el momento vivido, entra en una forma inalterable, en una condición irreversible.
4. En la condición irreversible de los momentos humanos.
5. En la condición evasiva de las cosas del mundo.
6. Todo poema fluye (huye).
7. En un mundo de sucesión, las palabras se suceden para captar el mundo.
8. Hecho el poema, el poeta desaparece.
9. Pensar para llegar a lo impensado.
Vivir para ver, 1976.
LAS PALABRAS NO DICEN
Las palabras no dicen lo que dice un cuerpo subiendo la colina al anochecer
las palabras no dicen lo que dice un colibrí en el aire al mediodía
las palabras no dicen lo que dice un perro esperando a su amo que nunca volverá
las palabras no dicen lo que dice el paso de la mujer y el movimiento en el árbol de la mañana
las palabras no dicen lo que siente un fresno al ser fulminado por un rayo
las palabras no dicen la sensación de nacer de amar y de morir
las palabras son las sombras atadas a los pies de un hombre que avanza demasiado rápido entre la multitud
son párpados de sueño con que el hombre cubre el amor que no alcanza a comprender
Imágenes para el fin del milenio, 1990.
LA POESÍA LLAMA
Las llamas del poema iluminarán tu noche,
los verbos de sus cenizas arderán en tu principio.
Todo yo seré ella, toda ella seré yo.
Los dos seremos un cuerpo en combustión
que da a luz a la muerte.
Muerto el yo, la poesía,
huérfana de palabras,
abrirá las puertas del misterio.
La poesía llama, 2018.